Empezó a gestarse en 2006 con artistas emergentes alicantinos y hoy es una de las mayores colecciones corporativas -aquellas que pertenecen a grupos empresariales o entidades financieras- de arte contemporáneo del país, que en 2013 fue premiada por la Fundación ARCO al mejor coleccionismo corporativo.

Se trata de la colección DKV, nacida en el Hospital de Dénia, que gestiona la empresa de seguros, para humanizar los espacios comunes de este centro sanitario. Sus fondos hoy contienen un total de 607 piezas de 253 artistas nacionales, de los que unos 50 son de la Comunidad Valenciana. A ello se suma la colección de dibujos, con unas 400 obras.

En términos cuantitativos, es la mayor colección de arte contemporáneo de la Comunidad Valenciana, ya que triplica en obras a la de la Fundación Caja Mediterráneo, aunque esta es más valiosa en contenido puesto que recorre los últimos 40 años del arte español. Pero tiempo al tiempo, ya que estos fondos parecen haber tomado el relevo de la colección de la Fundación Caja Mediterráneo, frenada en 2011 tras la intervención de la antigua caja.

«Nosotros no tenemos picassos, esta es una colección de arte emergente, aunque los artistas van dejando de ser emergentes a medida que pasa el tiempo. Es una apuesta por artistas españoles de corta y mediana trayectoria, que supone un empujón a su carrera y un apoyo decidido a la cultura del país», indica Alicia Ventura, responsable de la colección y comisaria del Proyecto Arte de DKV, que incide en que lo importante es que «sigue incrementándose año tras año».

«Mucha gente nos llamaba la colección de la crisis porque se inició en mala época, pero la empresa no iba mal, la colección es un buen motor para la compañía, el presupuesto no se recortó y ha podido crecer», apunta Ventura, que señala que aunque en un principio se creó con obras de artistas del ámbito de la Comunidad Valenciana, pronto se amplió el ámbito de actuación y a nombres como Nelo Vinuesa, Rosana Antolí, Aurelio Ayela, Moisés Mahiques, Antonio Alcaraz, Manu Blázquez o Irene Grau se han sumado otros como Sergio Belinchón, Guillermo Mora, Regina de Miguel o Antonio Montalvo, entre otros muchos.

La colección aumenta cada año, y la cifra de adquisiciones varía, «compramos piezas desde 3.000 a 20.000 euros y el presupuesto no siempre es el mismo pero nunca baja de 150.000 euros anuales», afirma Alicia Ventura, que forma parte del comité de selección que elige las obras junto con el experto y crítico de arte Juan Bautista Peiró y el consejero delegado de DKV, Josep Santacreu.

Otras fórmulas de inversión se basan en la producción de obras, o en las becas del programa de arte en diversas modalidades, que cada año alcanza la suma de 75.000 euros.

Los criterios para la selección pasan porque las obras, en cualquiera de sus formatos, formen parte de lo último que hayan creado artistas nacionales, menores de 45 años, «y que lo que hagan nos guste, porque nos importa mucho la pieza», aclara.

Las obras de la colección se encuentran repartidas de forma fija entre el Hospital de Dénia y las distintas sedes de DKV en Zaragoza, Madrid y Barcelona, con piezas que se van renovando cada cinco años; otras se utilizan para exposiciones y el resto se mantiene guardado en un almacén.

«Hemos procurado dejar bastantes de la Comunidad Valenciana en Dénia, unas treinta obras de gran formato», apunta Ventura, pero los fondos viajan constantemente en exposiciones por toda España, normalmente a museos públicos, o también en interacción con otras colecciones, como se hizo co¡n la colección CAM en el MACA

Cada año, la colección DKV se muestra a través de unas tres exposiciones al año, y otras dos de la colección de dibujos.

Para Ventura, comisaria de estas y otras exposiciones, el arte «es un motor de creación que sirve de denuncia, cuenta cosas y ayuda a comprender la realidad, por lo que invertir en él es necesario».