? Portadas míticas firmadas por artistas de la talla de Dalí, Warhol o Jeff Koons demuestran que el arte de los discos no se limita a su escucha y que constituyen un reflejo de las corrientes pictóricas, aspecto sobre el que incide una voluminosa nueva guía con lo mejor de la música que entra por los ojos. Art Record Covers, última gran producción de Taschen, llega avalada por el sello de Julius Wiedemann, responsable de otros títulos para esta editorial como Ilustration Now!, Logo Design o Jazz covers, y ha sido escrita por Francesco Spampinato, experto en historia del arte contemporáneo, además de artista visual. Más de 270 pintores y diseñadores figuran en esta obra con 500 portadas de discos seleccionadas de un catálogo total de 3.000 piezas, desde 1950 hasta el presente, que han definido la relación «excitante» entre la música y las artes visuales, incluida la forma en que vemos los sonidos. La propia palabra álbum deriva del embalaje de cartulina que, a semejanza del material de los álbumes de fotos, se utilizaban para guardar discos antes de la II Guerra Mundial, como señala este manual, que también recuerda que el primero en presentar una portada ilustrada fue Dance la conga, de Alex Steinweiss en 1940.

Convencidos de la trascendencia comercial del componente gráfico, ocho años después la industria musical se volcó de lleno en el arte como medio de lanzamiento de un nuevo formato, el LP, estrategia que se ha mantenido en el tiempo, explorando todas sus posibilidades como vía de expresión añadida al contenido.

Art Record Covers, que se presenta en edición trilingüe (inglés, francés y alemán) incide en la tesis de que el disfrute del arte no tiene por qué circunscribirse a las paredes de una galería o museo y en que, además, es una forma de coleccionismo asequible. Salvador Dalí, que ya había trabajado para la publicidad, fue uno de los primeros en atisbar sus posibilidades de penetración popular e ilustró un álbum de Jackie Gleason (Lonesome echo), mientras el marchante de arte Daniel Saidenberg utilizó dibujos de Picasso, a quien representaba en EE UU, en cinco discos con grabaciones clásicas interpretadas por una orquesta que él mismo formó. De todos los géneros, probablemente el que mejor supo confluir con la música fue el pop art. Dos ejemplos claros son el célebre disco de The Velvet Underground y Nico, con la banana de Andy Warhol, y el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club de The Beatles, obra de Peter Blake & Jann Haworth. Entre las portadas plasmadas por esta obra figura otra con sello español, la que Warhol realizó para el disco Milano-Madrid de Miguel Bosé.