Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con un ritmo «impresionante»

El alicantino Juan Luis Iborra, director de la gala en la 31 edición de los Premios Goya, destaca la agilidad de la ceremonia en una «duración idónea» y donde el presentador Dani Rovira ha estado «más seguro y relajado»

Dani Rovira, durante su actuación en la gala de los Premios Goya 2017. ballesteros (efe)

La voz exhala fatiga y cansancio de igual modo que denota un matiz de satisfacción por el trabajo bien hecho. Así lo reconoció ayer el alicantino Juan Luis Iborra, director de la gala en la 31 edición de los Premios Goya, por las evidentes mejorías de una ceremonia, la fiesta del cine español, que destacó por su agilidad, una «duración idónea», mucho menor a la de otros años, ante un «ritmo impresionante» donde el presentador Dani Rovira volvió a brillar por su naturalidad y cercanía en televisión.

«Esta gala ha funcionado mucho mejor. En parte porque eso mismo es lo que perseguíamos: hacer algo distinto, sencillo pero distinto, con algo más de música, más humor, sin magias ni adornos de otros años», afirmó Iborra, quien agregó que esta 31 edición rondó las 2 horas y 50 minutos de tiempo, muy por debajo de hasta las casi cuatro horas en que se ha alargado la ceremonia de entrega de los Premios Goya en otras ocasiones.

En este sentido, Juan Luis Iborra, que dirigía por sexta vez la gala (aunque ha intervenido hasta en ocho en lo referente al proceso de guión), resaltó además el escaso protagonismo que contó en esta ocasión la política (con o sin crítica). «¿Pero por qué teníamos que hacer siempre los chistes sobre ellos? Los verdaderos protagonistas son las películas y el cine, de ahí este cambio y esta nueva propuesta que se aceptó desde el principio», apunta Iborra, que también agradeció el cambio de «discurso derrotista» realizado por la actual presidenta de la Academia del Cine, Yvonne Blake.

«Fue más optimista porque, la verdad, los datos están ahí y son buenos... y por otro lado, el Gobierno está en una disposición muchísimo más amable y más abierta. No vamos a estar siempre quejándonos, y por supuesto que tenemos que pedir lo nuestro, pero donde hay que pedir es en los despachos. Entre todos, vamos a conseguir que esto funcione», afirmó.

Para Iborra, con el alicantino Juanjo Llorens encargado de la iluminación, otra de las claves del buen funcionamiento de la gala fue la maestría de actuación llevada a cabo por el presentador Dani Rovira.

«En sus primeros años lo veía muy cansado por las películas que hacía antes y después de los Goya... pero esta vez le he visto más seguro y más relajado. Eso se ha notado mucho. Además, él mismo lo sentía. Con cada intervención, se giraba y me decía: '¡La he clavado!'. No tenía nervios, íbamos súper bien de tiempo... También porque este año no teníamos unos ensayos muy complicados con números de magia, ballet... los curros que se ha llevado otros años han sido impresionantes (una vez, en un baile de claqué, estuvo solo un mes para fijar los pasos). Al centrarnos solo en los diálogos, estaba más cómodo», reflexiona Iborra, encantado por trabajar con un actor, Dani Rovira, que maneja a la perfección la improvisación. «Es muy rápido y, donde otros no quieren cambiar frases a última hora, él lo hace. De ahí que pusiéramos algunas notas de actualidad», añade. «Su primer monólogo duró 12 minutos. Y este, y todos los demás... ¡los hizo de memoria! Eso es muy complicado, y los sacó todos a la primera», remarcó Iborra, quien confiesa que no estará en la dirección de la gala de los Premios Goya 2018. «Es bueno que entre gente nueva y con otra visión», concluyó.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats