Con esta exposición de Inma Aledón concluye el ciclo expositivo proyectado y comisariado por José Luis Antequera, en el que se ha expuesto la obra de tres artistas de Alcoy, además de la presente, Jesús Mullor y Jesús Cees. Ciclo expositivo, que hemos podido ver en la Lonja del Pescado de Alicante, como resultado de una convocatoria pública, abierta por la Concejalía de Cultura. Es difícil analizar la idoneidad de este ciclo, si queremos ubicarlo en el proyecto que le da vía: la actualización de la experimentación contemporánea en artistas del entorno. A este concurso solamente se presentaron dos propuestas, el comisario de la más votada renunció, debido a la imposibilidad de su realización por lo reducido del presupuesto adjudicado. Así, tenemos la propuesta que hemos visto. En estas circunstancias, no se puede hacer una crítica de las obras expuestas, que indudablemente responden a artistas con trabajos contrastados, diferentes propuestas que van desde una abstracción matérica, una figuración cercana al cómic, con el puntillismo como metodología para resolver planos de figura, rostros, y la última propuesta, la de Inma Aledón, que nos pone ante una visión del dibujo académico, figurativo, casi realista, quizá la que más cerca ha estado de salirse de su dominio habitual para desarrollar con otras concepciones más comprometidas con la experimentación actual.
El comisariado de estas tres muestras está vinculado a una ciudad, Alcoi, que sin duda es uno de los centros artísticos más importantes de la provincia, por el gran número de artistas de calidad. Sin embargo a la hora de su exposición en la sala C de la Lonja se ha puesto en evidencia que no ha existido realmente un comisariado que busque una mayor implicación del artista en el espacio expositivo. La acumulación excesiva de obra en las paredes, la repetición innecesaria de la misma investigación plástica, ha dificultado una visión más investigadora en el propio artista. En el planteamiento de este comisariado se aprecia una cierta confusión. No sabemos si el fin de este ciclo de arte contemporáneo es mostrar todo un stock para vender o realizar una retrospectiva de cada artista, pues ante esta selección no se le ha dejado espacio para que se planteen una evolución de su trabajo en relación con la dinámica artística contemporánea. Una confusión que no proviene de la capacidad de los artistas sino de la estrategia que plantea el comisariado, que se repite en las tres exposiciones del ciclo. Las claves de un comisariado correcto están en la selección de los artistas, pero también en incentivarles dentro de su trabajo para acometer un proyecto de investigación, sobre todo en un ciclo de arte que busca analizar la contemporaneidad. Y en esta ocasión el comisario ha apoyado más el discurso conocido que el de la investigación.
