La Universidad de Alicante hizo entrega ayer, a título póstumo, del Laurel de Oro, máximo galardón de la institución académica, al artista ilicitano Sixto Marco en un acto celebrado en el MUA. «Un reconocimiento que esta universidad le debía y que a punto estuvo de recibir, pero su fallecimiento lo frenó», explicaba el rector, Manuel Palomar, en su intervención.

«Nuestro deber es reconocer el legado de nuestros poetas, nuestros pintores. Nuestra sociedad necesita de los pintores para entender el mundo que nos rodea, para entender dónde estamos y dónde vamos y Sixto Marco ha contribuido de manera notable a este empeño», destacó el rector antes de hacer entrega del galardón al hijo del pintor, también Sixto Marco. En su intervención, Palomar apuntó además que, desde la Universidad de Alicante «con la entrega de este galardón materializamos nuestro compromiso de institución vertebradora de nuestra tierra y de su gente, de sus paisajes y de sus territorios, de sus personalidades y, también, de los conocimientos y los legados que nos dejan, que nos comprometemos a referenciar y difundir».

El encargado de realizar la laudatio del homenajeado fueJosé Piqueras, catedrático de pintura y profesor de la Universidad de Alicante. En su intervención revisó las distintas etapas artísticas del pintor ilicitano, entre las que destacó las «distintas miradas» con las que observó «su ciudad, el Misteri d'Elx, las cosas pequeñas en su etapa microcósmica, la denuncia social y los desfavorecidos, el surrealismo o el cometa Halley, en sus últimas creaciones».

Piqueras manifestó que «el gran legado que nos ha dejado Sixto Marco es su propio mundo, expresado desde la libertad creativa que practicó» y concluyó con una metáfora sobre la muerte del pintor en 2002, en la que hexpresó que «Sixto, palmera luminosa, atravesó el cielo de Elche, su ciudad».

Tras la entrega del galardón al hijo del pintor y el aplauso del público presente, Sixto Marco agradeció a la Universidad de Alicante y a los familiares y amigos presentes el reconocimiento hacia su padre. «Tanto para mi hermana Celia como para mí, es un gran honor estar aquí hoy en la Universidad de Alicante, que entrega a nuestro padre de uno de sus galardones más codiciados. Estamos convencidos que este galardón hubiese llenado de orgullo, satisfacción y alegría a nuestro padre, como estando en vida, el anterior reconocimiento ya recibi», destacó Marco, quién agradeció especialmente «el esfuerzo» del rector por adherirse a los actos del centenario del nacimiento de su padre con este reconocimiento y al profesor José Piqueras por «el extenso conocimiento y trabajo en la obra de nuestro padre».

El Laurel de Oro reconoce la trascendencia del trabajo artístico de Sixto Marco, ligado siempre a su Elche natal, que fue "auxiliar de notaría, futbolista y cantor del Misteri d'Elx durante 25 años", ha detallado Palomar.Su huella queda vigente en distintos proyectos que llevó a cabo en colaboración con otros ilicitanos como la Escuela de Pintura de L'Hort del Xocolater (1975), el Museo de Arte Contemporáneo (1980), el Museo de Escultura al Aire Libre (1987), el Museo de la Industria (1990) y tantos otros. La historia de Sixto es uno de los capítulos destacados de la historia de Elche. Justo reconocimiento que el 1993 culminó con la denominación del antiguo Instituto Técnico de Enseñanza Media ilicitano como Instituto Sixto Marco.

Las pinturas de Sixto tuvieron una excelente acogida. Su repercusión en la trayectoria del pintor fue decisiva. Hay obras suyas colgadas en museos españoles y de Nueva York, Londres o París, entre otras ciudades europeas. "Unas obras fáciles de reconocer por su especial originalidad y un estilo distinto y su variación ilimitada", ha finalizado Piqueras.