La historia va de marginados, de gente que vive en barrios periféricos, de aquellos a los que se califica de vagos y maleantes, «pero que en realidad son supervivientes y cualquiera de nosotros puede ser uno de ellos». Lo dice Pascual Carbonell, actor y 50 por ciento de la productora alicantina La Tribu del Erizo -el otro 50 por ciento es Miguel Carrasco- que protagoniza el segundo montaje del Teatro de Cámara del Principal de Alicante, en el que el público, un grupo reducido de máximo 100 personas, comparte escenario con los actores.

El título de la obra es Vago, escrita y dirigida por el también alicantino Yoska Lázaro -ha completado su trabajo aquí Manuel Ochoa-, afincado en Buenos Aires, que ya presentó en el Teatre Arniches. Pero ahora, se recupera su propuesta original, la que se estrenó en la capital argentina, cercana al espectador «para que el público pueda mirar a los ojos a estos personajes».

Y es que estarán ahí, junto a los cinco actores alicantinos que formar el reparto. De esta manera se cumplen las premisas con las que se creo este ciclo: crear una escuela de espectadores y recuperar el capital artístico y profesional de Alicante. «Volvemos al origen, a la versión más intimista que hizo Yoska en Argentina, con un público muy cercano porque es una obra no para gritar sino para susurrar». «La emoción es mucho más potente de esta manera», apunta Miguel Carrasco.

El actor Morgan Blasco -que se turna con Toni Misó en su papel- considera que esta obra tiene «algo claustrofóbico porque intentan salir de un lugar y no pueden, y con este formato el público siente también eso, porque es un teatro más de sensaciones». Por eso, afirma, como actor es muy potente porque oyes respirar al público, compartes la emoción con ellos».

Vago se verá hoy y el día 25 en el Principal de Alicante (12 euros); mañana, el 26 y el 2 de febrero en Sant Joan; el 3, en El Campello y en abril en Mutxamel. Después, «esperamos que nos abran las puertas en Valencia y en otras partes, porque no queremos ser una compañía de ámbito provincial».