«El callejón de Cano», en el Viaducto de Alcoy, es un homenaje al artista y también al amigo, porque su relación con Juan Manuel Alonso (Lolo) ha sido de muchos años. «Siempre que venía a casa me traía fotos y llegó un día que no sabía dónde ponerlas. Tenía un local y decidí abrir un bar como homenaje. El día que lo inauguramos se puso a llorar», relataba ayer Lolo, señalando que «había fotos que Canito no tenía».
El establecimiento, que gestiona su hermana Reyes, es como la entrada a una plaza, en forma de coso, con los burladeros y demás, aderezado de una exposición más que fotográfica, histórica. Porque historia son ya Orson Wells y Ernest Hemingway, conocidos taurófilos, pero también Ortega y Gasset o Lola Flores. No falta el hético Manolete -como lo definía Antonio Revert- de perfil, minutos antes de que el toro le devorara la vida en Linares. Uno puede tomar el aperitivo, degustar tapas, en tanto observa imágenes con mil detalles que llaman la atención.
También están las firmas del cumpleaños de Canito, que celebraba con Lolo y su familia. «Siempre le decíamos hasta el año que viene, que nosotros no sabemos si estaremos, pero tú sí», en referencia a su longevidad.
Y Canito ha tenido otro protagonismo local, con el efímero Centro de Arte de Alcoy (CADA) de la CAM, inaugurado el 28 de diciembre de 2010 con una exposición de pintores alcoyanos del siglo XX -Lorenzo Casanova, Emilio Sala... etc- y con una cuidada y exhaustiva selección de imágenes de Canito. Por entonces casi centenario, el CADA redescubrió la obra gráfica del artista, radiante en un acto de inauguración que contó con la asistencia del presidente Camps, junto a la plana mayor del PP y la CAM de la época.
Se da la circunstancia de que la Conselleria de Cultura, por entonces a cargo de la alcoyana Trini Miró, estaba interesada en estrenar con una exposición de Picasso, que no pudo llegar hasta meses después, por cuestiones de seguridad del recinto.
