La fragata otomana Ertugrul se hundió en el Pacífico en 1890 tras concluir una misión diplomática en Japón para estrechar lazos entre ambos países. Sobrevivieron 69 de los 609 tripulantes; la embarcación, azotada por un tifón, quedó destrozada tras encallar en las rocas y aunque el material grande y reciclable fue rescatado en su momento, quedaron bajo el mar numerosas piezas dispersas.

Esta historia atrajo a la arqueóloga submarina alicantina Berta Lledó, afincada en Bodrum (Turquía), que desde 2007 dirige un proyecto de arqueología subacuática a través del cual han salido a la superficie más de 8.000 materiales, fundamentalmente decorativos y personales, pertenecientes al siglo XIX. Sobre esta investigación ha basado su tesis doctoral, que presenta hoy en la Universidad de Alicante bajo el título de La Fragata Ertugrul: un pecio otomano en Japón. Documentos, materiales, exposición y memoria, dirigida por Sonia Gutiérrez, directora del Instituto de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA.

«En 2007 hicimos la primera prospección para delimitar el yacimiento y llevamos a cabo tres campañas de excavaciones subacuáticas entre 2008 y 2010. Esperábamos encontrar muy poco pero nos sorprendimos de todo el material que había sumergido, desde balas y clavos hasta piezas japonesas de porcelana , que probablemente iba empaquetada como regalo tras la vuelta del viaje y por eso se conservó mejor», indica Lledó, que trabaja desde Bodrum para el Instituto de Arqueología Náutica (INA), con base en la Universidad de Texas A&M.

Entre los restos también hay frascos de perfume, restos de instrumentos musicales, pisapapeles o materiales domésticos, como ollas o bandejas de peltre. Con todos estos objetos y con la documentación de la tripulación -como la lista en japonés de supervivientes del naufragio- se vienen realizando exposiciones itinerantes en Turquía y en Japón, donde hay muestras permanentes en museos de ambos países.

La tesis doctoral se enmarca dentro de una línea de investigación de la que la Universidad de Alicante es pionera, la arqueología en tiempos recientes, de las épocas moderna y contemporánea.

Berta Lledó señala que antes de iniciar esta investigación con su marido, el investigador subacuático Tufan Turanli, «siempre había trabajado en arqueología clásica y este pecio es del siglo XIX pero es muy emocionante porque es una investigación muy casera y cercana, muy emotiva, porque trabajas con cosas que puedes haber visto parecidas en casa de tu abuela. En un pecio romano, es más difícil que te identifiques con el material que se encuentra porque es más lejano en el tiempo».

La investigadora apunta que, a diferencia de otros naufragios antiguos, que llevan detrás guerras o asesinatos, «esta ha sido una historia de amistad que aún pervive. El naufragio creó unas relaciones diplomáticas de amistad entre Turquía y Japón que todavía hoy continúan».