Marion Cotillard y Brad Pitt presentaron anoche en Madrid Aliados, un drama romántico de espías ambientado en la II Guerra Mundial. La pareja llegó a Madrid ayer de madrugada tras el preestreno de la película en Londres, y anoche, después de la proyección en el Cine Callao de la Gran Vía, con la que finalizan una intensa gira promocional, pusieron rumbo de nuevo al aeropuerto, cada uno a su casa, según fuentes de la distribuidora.

La expectación que suscitó la pareja por la alfrombra roja fue máxima, tras coincidir el final del rodaje de Aliados hace unos meses con la ruptura del matrimonio entre Brad Pitt y Angelina Jolie, lo que despertó fuertes rumores de un romance entre Pitt y Cotillard, que ésta se encargó de desmentir. Con todo, y por recomendación de sus asesores, el protagonista de Malditos bastardos o Guerra Mundial Z ha cancelado todas las entrevistas de la gira y ha dejado a Cotillard sola ante los micrófonos.

Horas antes del extreno, la actriz francesa señaló en una entrevista que Aliados le ha trasladado a películas que veía de niña como Casablanca. «Me encanta el cine americano de los años 40 y 50, y este guion me recordaba a esas películas con las que soñaba de pequeña», aseguró.

El guion de Aliados, que llega este viernes a los cines, cayó en manos de Cotillard por primera vez hace cuatro años y ya entonces se enamoró de la historia, que relata el enamoramiento de una pareja de espías que se conocen en Casablanca en una misión suicida en 1942. Por entonces el proyecto todavía no tenía director ni reparto. Cuando tres años después le volvieron a hacer la propuesta, ya estaban a bordo Robert Zemeckis (Regreso al futuro, Forrest Gump) detrás de las cámaras y Brad Pitt como coprotagonista.

«Eso lo hizo aún más excitante», confiesa. Preguntada por la química existente con su marido en la ficción, Brad Pitt, la actriz francesa señaló que la receta que puede asegurar esta química es «un guión bien escrito, con actores comprometidos y un gran director. Esos son los ingredientes que pueden hacerla realidad» para añadir que «lo esencial es el director, su 'feeling', esa es la clave para conseguir esa química en el set. Creo que la explicación de esa química es Robert Zemeckis»,

Acostumbrada a dramas intensos como De óxido y hueso (2012), en la que pierde ambas piernas, o Dos días, una noche (2014), en la que sufre los estragos del desempleo, esta vez la actriz se enfrenta a una historia más ligera, con el amor en el centro. «Es un 'thriller' de espionaje, pero el tema principal es el amor, cómo el amor sobrevive en tiempos de guerra, especialmente cuando los dos amantes tienen un trabajo como el que tienen, de espías», explica. En su opinión, la película, además de ser entretenida, plantea preguntas «profundas» sobre el amor y la confianza.