­Para que se haga cargo del tipo de entrevista: ¿Por qué cinco millones de daneses hacen mejores series que cuarenta millones de españoles?

Por el clarísimo binomio con el sector editorial en una cuestión de Estado, y porque hay que desarrollar mucho antes de llegar a un Borgen. En España no se desarrolla.

¿Todo productor tiene en su despacho un sofá para el casting?

Tengo una pelota de yoga, y me pego cada hostia con ella. El productor gordo con puro es un reducto del zoológico, el nuevo no tiene ni despacho.

Después de La isla mínima y Que Dios se apiade de nosotros ¿cuántas versiones de True detective podemos soportar?

Conociendo a España como la conozco, muchas. Nos va el sadomasoquismo. Ambas son buenas, así que las haremos hasta que la gente se canse. Es nuestro ADN, el cine depende tanto de las televisiones que ya forma parte de la programación.

¿Se puede trasladar la Zentropa danesa a Barcelona?

Es muy complicado, porque ellos viven en el infierno luterano y nosotros somos más hedonistas. No entienden el realismo mágico, y yo no entiendo la pornografía dramática. Gran parte de los escandinavos sufren traumas por la religión y por la falta de sol.

España no tiene un Ricardo Darín.

No, ningún actor español garantiza una taquilla. Salimos con desventaja porque en nuestro cine hemos maltratado al espectador.

¿Cuál es la última película en la que se aburrió?

Me indigné en La chica del tren, ya está bien de que todos los papeles femeninos correspondan a putas, casadas y alcoholizadas. El rol de mujer está muy mal abordado en el cine. Y eso que soy hombre. Si llego a ser mujer, quemo la cinta. Claro que ellas son más machistas que nosotros.

Pero trabaja usted para Lars von Trier, el mayor misógino de la pantalla.

No lo es. Es un tímido irónico de humor muy fino. Pese a su fama de enfant terrible, parece un electricista más en los estudios, se rodea de gente joven y es brillante.

El productor es el dinero, actores y guionistas son el talento.

El productor es el director de orquesta. No solo financia, tiene un peso creativo. No sabe tocar el piano ni el trombón, pero hace que funcione el ensemble.

Si el productor es el director de orquesta, ¿qué papel juega el director de la película?

Primer barítono. Y si no me deja asistir al rodaje, entonces que le haga la película su padre, para putas ya hay otros. El talento se confunde con la pijería, en un mundo que engrosa el ego de sus profesionales. Prefiero trabajar antes con gente de televisión que de cine. Alberto Rodríguez es el director perfecto.

Nombre a las futuras estrellas del cine español.

Aura Garrido puede ser una de las grandes. Paco León combina muy bien, quiero ver hasta dónde llega Dani Rovira en su cambio de registro. La mejor promesa sigue siendo José Sacristán.