He ahí problemas de ahora mismo relacionados con la basura de una sociedad en crisis y en conexión con la intriga propia de la serie negra. Más allá de los simples desperdicios, el escenario está lleno de bolsas con dinero y papeles sucios que se lanzan por el aire. Una inteligente forma de sacar a flote lo que conlleva la corrupción política y empresarial. Los ocho diálogos o interrogatorios no son independientes, sino que se relacionan entre sí, y el espectador debe fusionar las piezas de esta historia hasta completarla. El detonante es el incendio provocado para destruir pruebas en una oficina municipal. Y surge el asunto del blanqueo y de la evasión de capitales. El cohecho vive al lado de todo tipo de recortes sociales, del empleo de nula calidad con sus consecuencias. Marina Herranz, Javier Pérez-Acebrón y Pedro Ángel Roca protagonizan Nada que perder, una obra con la dramaturgia de QY Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe e interpretada por un trío compenetrado perfectamente en unas ágiles y difíciles escenas donde cada uno asume diversos papeles muy bien. Eso les exige una variedad de características en sus maneras teatrales, además de acoger la figura del narrador, dirigiéndose a los espectadores y cambiando de dueño ese papel, o la voz de la conciencia que está ahí, en medio de dos personajes, aconsejando y preguntando. Un buen recurso que puede clarificar, entorpecer o fatigar. Depende. Por tanto, las situaciones, dirigidas por García Yagüe, se afianzan con la ruptura de la ilusión del diseño realista, y así van apareciendo un profesor de filosofía y su hijo detenido, la enchufada corrupta, el concejal, un psiquiatra y el paciente u otros. El profe interviene al principio y en un epílogo que discursea sobre nuestro panorama para indignar. La fauna de depredadores, dentro de la ley o al margen, que se dedica al arte de servirse, no a servir a la población. Hay pasajes con menos fuelle o que encajan peor en el conjunto. En este ámbito deshumanizado, descrito por la compañía madrileña Cuarta Pared, lo ético tiene castigo como se pudo comprobar en la Muestra de Autores.