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Divina concha

La Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos consiguió su máximo apogeo el martes. Pero los muchos espectadores que llenaron el Principal de Alicante no fueron a la Muestra, sino a ver a la divina Concha Velasco. Ella es la verdadera reina por encima de Juana la Loca, que no lo estaba exactamente. La hija de los Reyes Católicos fue víctima de las ambiciones de su padre, de su marido Felipe el Hermoso y de su hijo el rey Carlos I, que la mantuvo encerrada en el castillo de Tordesillas. El levantamiento comunero de 1520 la sacó de su cárcel y le pidió encabezar la revuelta, a lo que se negó. Tras la derrota de los sublevados, regresó a su cautiverio. Cuarenta y seis años, de sus setenta y seis de vida, los pasó encerrada. La misma edad que tiene la gran actriz que interpreta a esa mujer rebelde y ajena a la intolerancia religiosa, la corrupción y las desmesuradas ambiciones de la monarquía absolutista, triquiñuelas de los poderosos que continúan coleando. La contemporaneidad de Reina Juana es notable. Más aún si se estimula con un espectáculo que extrae la teatralidad oculta del texto y la dibuja entre tinieblas, con el sugerente diseño de luces del alicantino Juanjo Llorens y la videoescena de Álvaro Luna, capaz de envolver al personaje con las turbias imágenes producidas por sus pensamientos, descripciones y miedos. La última noche poco antes de morir, Juana I de Castilla, la loca cuerda, confiesa al padre Francisco y refresca su historia, que es también la de España. Concha Velasco se deja invadir por su papel, y vemos una amplia síntesis de toda su carrera con la vigorosa personalidad de la veterana intérprete. Una encomiable labor y un recital que levanta al púbico de sus asientos. Llena el escenario con su carismática presencia en este montaje dirigido con la veteranía y exactitud de Gerardo Vera. Un magistral espacio escénico y sonoro, y una Concha intensa y entrañable que exhibe su capacidad dramática, el carácter de una cómica que tiene un lugar en el Olimpo de los-as mejores. Y reluce la prosa poética y descriptiva del homenajeado autor Ernesto Caballero.

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