«Estoy pegando saltos», admitió «feliz y contenta» el martes la autora, directora y actriz teatral Lola Blasco (Alicante, 1983) tras conocer la concesión del Premio Nacional de Literatura Dramática a su obra Siglo mío, bestia mía, que otorga el Ministerio de Cultura y que distingue una obra de autor español escrita durante 2015.

«Es una obra muy poética y muy personal en la que me desnudo completamente», apuntó la alicantina de 33 años sobre su texto galardonado, que habla «del desamor, del fracaso, de la imposibilidad de ver al otro a pequeña y a gran escala, en un mundo que está en guerra».

«Cuenta la historia de una mujer a la deriva, de una pareja que se rompe en medio de un entorno en crisis -añadió- pero que apela a la compasión y a la esperanza de un mundo mejor».

El jurado del premio ha considerado que Siglo mío, bestia mía es «una obra llena de ritmo poético que capta con lucidez la actualidad», merecedora de la distinción «por la fuerza de su confrontación muy personal con un tiempo fracturado, un gozne de la historia» y por su «construcción innovadora».

El texto es anterior al que acaba de estrenar en la inauguración de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos -La armonía del silencio, una obra que aborda la memoria histórica de Alicante con nuevos lenguajes- y no ha sido aún llevado a escena.

Sí se hizo una lectura dramatizada en el Teatre Arniches en 2015 con El Club de la Serpiente y la Fundación SGAE y Blasco recuerda que «se tradujo al polaco porque allí decían que era la voz de los jóvenes y de su tiempo, pero ya no sé si se representó o no».

«Aquí no se ha estrenado y a ver si así se interesa alguien y la produce», apuntó la autora, que confía en que el galardón «abra más puertas».

A pocas semanas de que acabe 2016, puede que este sea su año, ya que en unos días ha coincidido este reconocimiento a la literatura de Lola Blasco y el estreno por primera vez en Alicante de una de sus obras, la antes citada La armonía del silencio, que ha producido CulturArts y que girará por Castellón, Valencia y, de nuevo, Alicante.

Sobre la posibilidad de que esta obra se represente fuera de la Comunidad Valenciana tras la reciente distinción, indicó: «Espero que sí, que esto sea un empujón y que en CulturArts vean que han elegido bien».

La alicantina es autora de obras como Foto Finis (2007), Oración por un caballo (2008), Pieza paisaje en un prólogo y un acto (2010, Premio Buero Vallejo), Un concierto de despedida (2012), Los hijos de las nubes (2013), o Ni mar ni tierra firme: tres monólogos sobre La Tempestad (2014) y de las que se han estrenado, destacan Artículo 4, En defensa, Los hijos de las nubes o Proyecto Milgram.

También el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert presentará el día 11 una de sus obras dramáticas, Canícula, dentro de su colección de publicaciones de textos teatrales de dramaturgos alicantinos.

«De momento es un año muy bueno. Ves que llevas ya un tiempo trabajando y no te hacen mucho caso, pero de repente todo se junta y estoy muy contenta de haber sido profeta en mi tierra y del premio. Pero todo es trabajo y trabajo», apuntó Blasco, que también incidió en el peso de la Muestra de Teatro de Alicante «que me ha ayudado a dar visibilidad a mi trabajo. Hay muchas personas que han apostado por mi trabajo, todo suma».

Blasco no contaba con el premio Nacional de Literatura Dramática -dotado con 20.000 euros-, «¿cómo me lo iba a esperar? No podía imaginármelo y ha sido una grata sorpresa».

El jurado ha estado presidido por Jose Pascual Marco, director general de Política e Industrias Culturales y del Libro, y han formado parte de él Mónica Fernández, Juan Gil, Olivia Rodríguez, Patri Urkizu, Patricia Gabancho, Jesús Campos, Pilar Castro, Mª del Mar González, José Nicolás Romera, y Juan Carlos Pérez de la Fuente.

Blasco se licenció en Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y se formó en interpretación en el Estudio de Jorge Eines, ha sido alumna de Enzo Croman y Marco Antonio de la Parra, y es máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, donde continúa sus investigaciones y realiza labores docentes para el Departamento de Humanidades.

Afincada en Madrid, la autora obtuvo una beca de la Fundación SGAE para escribir el texto que se presentó en la Muestra de Teatro, llevada a cabo por un equipo alicantino al completo y poco antes del estreno auguró: «Sería deseable que se nos tuviera en cuenta, que vieran que en Alicante hay gente muy talentosa que se tiene que ir fuera porque no se dedica nada a tejido cultural. Ojalá pudiéramos quedarnos aquí creando historia».