Patti Smith habría preferido ver a Haruki Murakami recoger el premio Nobel de Literatura y que a Bob (Dylan) le hubiesen otorgado «un galardón especial por su enorme contribución poética, sentimental y política al cancionero americano con algunos de los temas más increíbles de la historia».

Así lo ha reconocido en una entrevista a propósito de M Train (Lumen), su último libro de memorias, en el que esta ávida lectora airea su pasión, entre muchos otros, por el escritor japonés (confiesa que, durante su redacción, releyó varias veces Crónica del pájaro que da cuerda al mundo).

Allen Ginsberg, William Burroughs, Jim Carroll, Jack Kerouac, Jean Genet, Paul Verlaine y, por supuesto, Roberto Bolaño, al que también habría concedido el Nobel de Literatura, son citados en esta obra, que describe como «un tren de la mente que avanza a través de la consciencia sin saber bien hacia dónde».

«Escribí Cuando éramos niñosporque Robert (Mapplethorpe) me lo pidió antes de morir y tenía esa gran responsabilidad con él, con Nueva York y con la cronología de los hechos, pero esta vez quería hacer algo diferente, en tiempo presente y de forma irresponsable, sin un diseño», explica.

«Si alguien quisiera saber qué tipo de ser humano soy, creo que M Train es lo más cerca que podrían estar de la respuesta», afirma. «No pienso en mí misma como un músico, sino como intérprete. No toco música y, si no estoy sobre un escenario, no pienso en ella. Cuando dejé la vida pública en 1979, no toqué durante más de 16 años, pero sí escribí cada día. Por eso pienso en mí más como escritora», ratifica.

Smith habla de la lucha por el poder «muy dura» entre Donald Trump, al que califica de «nefasto invento de los medios de comunicación y del partido republicano», y Hillary Clinton.