«Éste es el premio que he venido a buscar a Asturias», dijo emocionada la actriz y directora Núria Espert tras asistir al homenaje de alumnos de Arte Dramático a la gran dama de la escena española. Un día antes de recoger de manos del rey Felipe el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2016, la actriz catalana presenció Espertacular, una obra protagonizada por diez actrices de la Escuela Superior de Arte Dramático del Principado de Asturias (ESAD) que repasa algunos de los principales personajes femeninos a los que Espert ha dado vida en las últimas décadas. Durante treinta minutos algunos de los fragmentos más célebres de papeles como Julieta, Medea, Clara, Yerma, Celestina, Mari Gaila y Nawal se entremezclaron con frases que pronunció a lo largo de su dilatada carrera.

Horas antes y en rueda de prensa, Espert aseguró que en «un país no muy culto, como es éste», los políticos tienen tiempo para poner en cuestión y hablar de todo, «menos de cultura, y sólo de pasada, de la educación», que, en su opinión, es el mayor problema de España. La política es un «desastre total y absoluto», señaló la actriz que considera que los políticos están muy equivocados al pensar que la cultura no les da votos.«Afortunadamente, en España, que no es un país muy culto, son millones de personas las que necesitan la cultura para vivir», subrayó tras reconocer que ella nunca llegaría a ser una buena ministra de Cultura, porque «tendría una mano muy ancha, trataría de espolear la creatividad y apostaría por caminos nuevos».