«Incluso en los lugares de terror y muerte, siempre hay una luz, una sonrisa en la vida», asegura el Nobel de la Paz, que estuvo en Valencia para inaugurar el V Curso de Agroecología, Agricultura Urbana, Soberanía Alimentaria y Cooperación al Desarrollo Rural, de la Universitat Politècnica de València, donde invitó también a «pensar en la sociedad que queremos», «recuperar el equilibrio con la Tierra», y no «maltratar» a la naturaleza.

¿Cuál ha sido su papel en el proceso de paz de Colombia?

He presidido dos misiones internacionales de investigación jurídica sobre la situación de los Derechos Humanos y el Tribunal Permanente de los Pueblos, sobre el conflicto de Colombia. Ahora he viajado con la misión internacional de supervisión del plebiscito. Continuamente tratamos de que ese pueblo termine con el conflicto armado y recupere su paz.

No se esperaba la victoria del no como resultado. ¿Cómo ha sentado en el país?

Fue un impacto muy fuerte. Hubo mucho miedo; pensaron que si ganaba el sí, los guerrilleros entrarían al Congreso y llevarían al país hacia el comunismo. También, solo ha votado el 30 % y hubo zonas en las que no se pudo por temporales e inundaciones. Un 30 % de votantes no son el pensamiento del pueblo.

¿Cuál es el escenario ahora?

Tendrán que revisar y ver de qué manera llegan a unacuerdo. Lo que no puede haber son retrocesos en los avances alcanzados.

Después del no, ¿el Premio Nobel refuerza al presidente?

Sí, le va a fortalecer en las negociaciones y en poder llegar a una solución más equitativa y justa para el pueblo colombiano.

Podemos decir que es un acuerdo político. Si se mantiene, ¿cómo se reparará a las víctimas?

Va a ser un camino largo, porque que firmen el acuerdo no significa que alcanzaron la paz. Hay siete millones de desplazados internos, seis millones de colombianos fuera del país... Tiene que haber una reparación a las víctimas. No van a recuperar las vidas pero sí tiene que haber un reconocimiento y una reparación a la situación del pueblo. No solo la guerrilla, también el ejército y las fuerzas de seguridad.

Colombia, la vuelta a las relaciones de Cuba con Estados Unidos... ¿Cómo ve el futuro de Latinoamérica?

La situación continental es difícil, hay indicadores preocupantes. El golpe de Estado en Honduras, el de Paraguay y ahora el de Brasil. Todos los que votaron en contra de Rousseff son personas procesadas por corrupción; es muy extraño. Está también el problema de Venezuela, donde la situación es muy crítica. Esperamos que se fortalezcan las instituciones democráticas en el continente.

Argentina y España aún tienen víctimas desaparecidas de sus respectivas dictaduras. ¿Qué debería hacerse?

Tenemos una jueza argentina que investiga la Guerra Civil española. Me extraña que España haya silenciado lo que pasó. Sería un pueblo sin memoria, y la memoria no es para quedarse en el pasado, tiene que ayudar a iluminar el presente. El trabajo que hay que hacer es doloroso, pero es necesario para poder cerrar -en algún momento- heridas aún abiertas.