Cuatro años tenía cuando se subió por primera vez al escenario del Teatro Principal. Lo recuerda porque ha visto fotos y el cartel anunciador donde aparecía como El Gran Pepito. Eso fue en 1947. Después el pequeño Pepito se hizo grande de verdad y ha taconeado sobre esas tablas en infinidad de ocasiones. Solo y con el ballet que llevaba su nombre. José Espadero, Pepe Espadero, ha dejado una huella imborrable en la memoria de Alicante, se convirtió en el máximo exponente de la escuela bolera, donde ha dejado multitud de coreografías y formado a numerosos bailarines. También defendió el nombre de Alicante a capa y espada. Y además, es una gran persona, querida por todos los que le rodean.

Han pasado casi 70 años desde que ese niño comenzó en el mundo del baile y ha llegado el momento de rendirle un homenaje como reconocimiento a su labor y a haber dejado «un patrimonio cultural» ingente a la ciudad. Lo dice José Soriano, cuya compañía se sube el viernes al escenario del Principal con De vuelta, un espectáculo que «es por ti y para ti, maestro». «Somos resultado del enorme trabajo que realizaste en su día y te damos las gracias por todo lo que nos has enseñado, dejando un patrimonio artístico vital para nuestra ciudad», afirma el bailarín que presentó ayer este montaje junto a Espadero, la bailarina Eva Arcacia, el gerente de la compañía, Joaquín Ponce, y el director del teatro, Paco Sanguino, que afirmó que el Principal «tiene que ser una de las sedes artísticas de la danza local y nacional».

De vuelta ofrece diversas coreografías del propio Soriano y, como homenaje a Espadero, tres de sus piezas más emblemáticas. «Como sé que al maestro le gusta la danza estilizada, la escuela bolera y el folclore hemos metido tres de sus coreografías», apunta el bailarín. Así, se presentan Bolero 1830, Triana y Jota de la Dolores.

«Triana se estrenó en el castillo dentro de los actos del Quinto Centenario; Bolero 1830, con el Ballet de Alicante, y del estreno de la Jota de la Dolores se cumplen ahora 40 años, y sigue estando ahí», asegura Espadero.

La bailarina Eva Arcacia, que compartió en más de una ocasión escenario con él, destaca que «creó su propia escuela, la escuela bolera, que es lo que le ha identificado siempre; ha tocado todos los palos, pero esas castañuelas prodigiosas que tanto le gustan en sus espectáculos son las que le identifican, por eso cuando pensamos en el homenaje sabíamos que la mayor parte del espectáculo debía llevar la castañuela puesta».

La bailarina lamenta que «es una danza que ha ido cayendo porque el flamenco tiene mucho impacto en el escenario y no digo que no precise técnica, pero es cierto que es mucho más completa la danza española porque tiene muchos elementos que la hacen quizá un poco más virtuosa».

En este sentido, Espadero reconoce que «la escuela bolera leva mucho trabajo, no puedes hacerlo sin esfuerzo, y, con todo mi respeto a cualquier otro estilo de baile, necesita una gran técnica, porque la escuela bolera es el ballet clásico de España con la técnica del siglo XVIII... Es el ballet clásico al que le tienes que poner castañuelas y el estilo español».

Por eso, José Soriano pretende «volver a las raíces de la danza española» con este espectáculo, un tipo de baile que Espadero siempre ha defendido. «Es nuestro maestro y dedicó un gran esfuerzo y el sacrificio de toda una vida para hacer que al danza no muera en Alicante. Él ha estado siempre ahí bailando y animándonos para que no tiremos la toalla».

Para Espadero, «lo que he hecho es enseñarles lo que modestamente sabía y hacerles amar la profesión, la danza, porque si no la amas es mucho sacrificio y mucho esfuerzo», asegura este bailarín que estuvo sobre los escenarios hasta los 55 años y luego siguió dirigiendo su compañía hasta los 60. «Dejé de bailar porque las facultades ya no eran las mismas y a mí siempre me ha gustado llegar a escena con una figura, con potencia. Ahora veo fotos mías de entonces y me gusto, prefiero que la gente tenga ese recuerdo de mí».

Y aunque agradece que se recuerde «cómo bailaba yo», es partidario de que «se hagan cosas nuevas, hay que evolucionar, que es lo que ha hecho Soriano». De momento, para el viernes ya se ha colgado el cartel de No hay entradas. Después De vuelta, con sus 20 bailarines y seis músicos, espera tener recorrido. El 19 se verá en el ADDA, después dentro de la Semana Vicente Lillo Cánovas de San Vicente y esperan probar suerte en Francia.

Pepe Espadero ha visto los ensayos y espera impaciente el estreno del viernes. «Me siento muy halagado, muy querido por ellos porque un homenaje se hace a una persona a la que se quiere y sé que todos me quieren. Y yo, qué feliz he sido».