La nueva exposición temporal del marq está protagonizada por la estela funeraria ibérica de Altea la Vella, hallada en 1972. Esta pieza tiene un gran valor simbólico y cultural y que destaca especialmente por ser una de las pocas que contiene la representación de un guerrero equipado con una panoplia militar propia del siglo V a. C. La estela, realizada en piedra arenisca de grano fino, contiene un grabado de incisión y fricción que representa de manera esquemática la panoplia militar propia de un guerrero, de un hoplita. En ella, se pueden distinguir elementos símbolo de estatus y prestigio como una espada con empuñadura de antenas y hoja recta, un cuchillo afalcatado de uso personal, un posible guante o manopla, un hipotético linothorax o coraza hecha de capas de lino, un cinturón de apariencia samnita de lámina de bronce y unas grebas de protección para la espinilla. La pieza fue presentada por el diputado César Augusto Asencio y el comisario de la muestra, Jaume Martinez, entre otros.