Los bañadores, las cremas solares y los acentos extranjeros se mezclaron ayer en Tabarca con un público más autóctono, llegado en barco desde Alicante y Santa Pola, que acudió atraído por el programa del primer Festival de Música del Mediterráneo de la isla, que ofrece hasta hoy domingo la posibilidad de escuchar música en directo en un enclave privilegiado en medio del mar. La pasada jornada le tocó el turno a grupos de Alicante (El Diluvi), Valencia (Borja Penalva y Mireia Vives; y Malvaloca) y Cerdeña (Elena Ledda).

El evento, que pretende impulsar las culturas mediterráneas a través de la música, la gastronomía y la fotografía, se abrió ayer con una mañana dedicada principalmente a las actividades de animación, cuando en las calles de Tabarca se mezclaban quienes habían ido en busca del sol y la tranquilidad -visitantes y turistas que son habituales por estas fechas-, y algunos más atraídos por el festival.

No obstante, estos últimos fueron menos de los que se esperaba. Así, el festival se abrió con una moderada afluencia de asistentes, según pudieron apreciar tanto los establecimientos de restauración de la isla como los propios organizadores.

En este sentido, desde varios restaurantes apuntaron que la afluencia de comensales había sido la misma que cualquier otro sábado. «No se ha notado en cuanto a clientes»; o incluso, «la semana pasada hubo más gente, quizá porque aún era septiembre y eso se nota», expresaron desde algunos de ellos.

Desde la organización, Emilio Garrido recordó que sabían las dificultades que tenía el llevar un festival a la isla, pero «hay que recordar que no somos empresarios, sino dinamizadores culturales», recordó.

Satisfecho por el estreno de esta nueva cita cultural en pleno Mediterráneo se mostró el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Alicante, Daniel Simón, y, aún a la espera de que transcurriera el grueso del festival, el edil manifestó que «daría por bueno un medio aforo para esta primera edición. Éramos conscientes de las dificultades de traer el festival a la isla por temas de logística y de poner de acuerdo a vecinos, hosteleros y autoridades. Entiendo que no se haya hecho antes. Esta primera edición servirá para tomar nota de lo que hay que modificar».

Por otro lado, quienes sí acudieron atraídos por la iniciativa del festival destacaron la original idea. «Es un ambiente ideal para escuchar música junto al mar y pasar un día distinto», apuntaron.

En el mismo sentido, «es bueno para atraer gente con este tipo de actividades culturales en las que puedes aprovechar para visitar la isla», apuntaban el grupo de amigos compuesto por Sonia Granero, Luis Gómez y Eulogio Vicedo, que llegaron desde Alicante en una tabarquera.

Precisamente, los barcos, medio imprescindible para llegar al festival, también estuvieron muy presentes, y es que también algunos de los asistentes expresaron que hubiera sido una buena idea poner uno que saliera después de las seis de la tarde pero antes de la una de la madrugada, cuando se fijó el último. «Hay mucha gente que puede pensar que no va a aguantar hasta la una y termine cogiendo el de las seis», expresaron.

En el mismo sentido, uno de los hosteleros de la isla recordaba que el último barco (quitando el especial de madrugada) para volver a Alicante es a las seis. «Y tampoco el de Benidorm ha venido, porque no es su día», apuntó.

El primero en abrir los conciertos fue el grupo alicantino El Diluvi. Su vocalista, Flora Sempere, destacó que era la primera vez que actuaban en la isla y en un evento de estas características, con lo que «no sabemos qué tipo de público nos vamos a encontrar pero estamos muy ilusionados».

Hoy el festival continuará con las actuaciones de El circo de Txinqui y Xavi Mollá, además de otros espectáculos.

Críticas

Desde un establecimiento de restauración criticaron la falta de organización del evento que provocó que incluso participantes en el festival llegados de fuera para montar sus actividades se habían encontrado con que no tenían ni una mesa o sillas, con lo que los restaurantes hubieron de prestar este equipamiento, además todo tipo de material como bolis, folios o incluso extintores, «lo que demuestra la mala planificación», denunciaron.