Perfil joven de 18 a 32 años; mínimo ocho horas al día grabando y editando vídeos para el canal; visualizaciones millonarias, y entrega máxima a seguidores y suscriptores; profesionales, aunque sin sueldos millonarios (sí, se puede vivir de esto); y felices por dedicarse a su pasión, aunque la dureza del oficio es máxima con descansos limitados.

Los alicantinos Stratus, Ladyboss, Flowstreet y Rubenillo son profesionales del Youtube. Es decir, trabajan y se dedican a ello, subiendo vídeos a diario, en la que es su especialidad dentro de este gigantesco universo: los videojuegos.

Cada uno cuenta con su título favorito (los hay del Gears of War, del Fifa, del GTA V o de otros productos más «indies», independientes), aunque a todos ellos les une un arranque que se produjo por mera afición, arrastrados por amigos o por lo que veían y escuchaban, hasta desembocar así en una pasión de la que hoy disfrutan y viven. Porque sí, se puede vivir de Youtube.

Dinero y Hacienda

«Hace un año que dejé el trabajo para meterme de lleno en esto. Y se puede vivir, claro que sí, yo lo hago. No es que tengas la vida solucionada, porque encima eres autónomo y eso requiere también unos gastos, pero no me va mal», explica Stratus, con casi 600.000 suscriptores en su canal, quien recalca que la monetización de Youtube parte de las visualizaciones de los vídeos (y algunos del alicantino superan ampliamente el medio millón).

¿Y cómo se cumple con Hacienda? Stratus cuenta que el día que se acercó al gestor para arreglar los papeles de la renta, y le explicó en qué consistía su oficio «youtuber», éste se quedó con cara de circunstancia. «Es que no tenía ni idea de lo que le estaba hablando», comenta entre risas.

El éxito y la familia

Ladyboss es una «youtuber» de Xixona a la que un día el éxito le atrapó, le sorprendió. Algo que jamás imaginó. «Ni en broma pensaba que llegaría hasta aquí. Porque primero fueron 1.000, después 5.000 y, bueno, finalmente lo consigues siendo muy constante, cuidando mucho lo que quiere el público», asegura Ladyboss, quien lleva desde 2013 con un canal con 411.000 suscriptores y nada menos que 1847 vídeos. «El otro día bajé a tomarme un helado y un niño de mi pueblo me reconoció y estuvimos hablando un rato y nos hicimos una foto. Jamás pensé yo que eso podía pasar en mi pueblo. ¡Pero es que después trajo a toda su panda de amigos!», cuenta.

¿Y cómo ve tu familia que seas una «youtuber»? «Mi familia está muy contenta de que tenga trabajo y una dedicación diaria. No saben muy bien de qué va, es verdad, porque ellos son mayores. Pero lo entienden y respetan. Y saben que me mato cada día en mi habitación y lo valoran mucho», apunta Ladyboss, quien relata como anécdota las veces que su padre se cuela, sin pretenderlo, en las grabaciones. «Pongo un cartel en la puerta de la habitación para avisar... ¡pero muchas veces no se dan cuenta y por ahí salen!», comenta sonriendo.

Escenografía y ser uno mismo

A Flowstreet le va el GTA V, aunque es un fanático de Star Wars. Algo que se deduce en la «escenografía» de su cuarto de grabación, muy tuneado, donde aparecen gorras, gafas, pósters y cómics. Muy al gusto de la audiencia.

¿Y conviene ser un buen actor para ser un gran «youtuber»? «A ver, siempre en tu canal vas a tener tu "personaje", porque tampoco puedes ser un actor y tienes que ser como eres. Siempre tendrás tu toque de humor, otras veces algo de información y puede ser más serio el vídeo? pero es importante ser uno mismo», explica este youtuber alicantino con más de 2000 vídeos en su canal y visualizaciones que, en algunos casos, superan el millón (concretamente en una carrera del GTA). «Me gusta tener una imagen cómica, aunque el principio fue más informativa? Pero me gusta que la gente se ría, lo pase bien? después de editarlos y subirlos, muchas veces veo yo los vídeos y me río, mis amigos se ríen? es un síntoma de que lo pasamos bien y la gente lo pasa bien», agrega el «youtuber» alicantino.

Interactuar con los fans

A la dureza de las amplias jornadas, el alicantino Rubenillo17 admite que intenta hablar e interactuar con todos sus seguidores. Y, para ello, puede emplear hasta dos horas. Enteritas. Como si recibieras una lluvia millonaria de felicitaciones en el día de tu cumpleaños en el Facebook y tuvieras que ir respondiéndole uno a uno. Pues algo así, por Twitter, también por «Face», y hasta en los comentarios del Youtube, hace Rubenillo con sus fans.

«Intento hablar con todo el mundo, porque si les ha gustado el vídeo, me gusta saber qué les ha parecido, qué puedo hacer o cómo mejorar. Estoy hasta dos horas al día respondiendo a todos, porque para mí es importante», añade. De hecho, Rubenillo le gusta estar atento a las demandas de sus fans, aunque tiene muy claro qué es lo que va a ofrecer en sus vídeos: «Siempre lo que a mí me gusta, y sobre todo juegos de zombis, esos son mis favoritos», apunta.

¿Con fecha de caducidad?

Los temas varían como las opiniones: si se gana la vida uno con ello; que si se interpreta más o menos ante la cámara; si la familia dice que sí o no, que te busques un curro de verdad; y la obsesión de cuidar y mimar a tu audiencia, tu «target», tus fans en las mil y una redes de internet pero? ¿Es el «youtuber» un oficio que caduca? ¿Te imaginas con 50 años relatando tus aventuras en los videojuegos?

«No me veo con esa edad, pero tampoco digo que sea imposible. Sí puedes ser "youtuber" a esa edad, pero evolucionando tus contenidos. Tu forma de verlo todo. Porque el canal puede ir cambiando y adquiriendo otro tipo de públicos», comenta Stratus, cuando Ladyboss cree que, con el tiempo, esta es una manera de alcanzar otros puestos y otros trabajos:

«Lo de ser "youtuber" o gestor de contenidos tiene muchas más salidas porque puedes trabajar con otras ofertas».

Flowstreet, por su parte, también entiende que, con el tiempo, el canal evoluciona y puede pasar a ser otra cosa: «Ahora me gustan los videojuegos. ¿Pero mañana? Pues viajo y podría mostrar los viajes». Rubenillo17 cree que no es determinante la edad que tenga uno, sino los años que le hayas dedicado. La clave, pues, no fatigarse. No rendirse. Y si llega, adiós. Y a otra cosa. Punto final.