El impulso, la emoción, el primer beso que desata un torrente de sensaciones, ese cruce de miradas apasionadas? Ese es el instante que Juan Vidal ha escogido para que el amor como leitmotiv sea el nexo de unión de toda una colección que expresa, con la piel y el beso, una relación maravillosa con las mujeres y su forma de hacerlas más bellas: elegantes, sutiles, sensualmente delicadas pero a la vez de pisada firme y mirada segura. Mujeres libres, en suma, que aman porque lo desean, sin imposiciones ni límites, sin barreras, sin miedo , sin fronteras.

Ante un front row que ya deja claro que es uno de los grandes, -con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y rostros conocidos de la pequeña pantalla como la bella Raquel Sanchez Silva o personajes de la moda mundial como Socrates Mckinney y personaje habitual de la moda neoyorkina-, Juan desgrana piezas livianas, de volúmenes drapeados, patrones complicados que abrazan el cuerpo, como «besos de tornillo», apasionadas prendas que dejan entrever piernas y caderas sutiles, cinturas y, sobre todo, una admiración por esas mujeres que no pasan desapercibidas por la vida.

Los 70, liberadores, libres, sensuales y sexuales, hip hop, ritmo afro, voces rasgadas, esquinas de París, un metro de LA o la Barcelona más avant-garde acogen estas siluetas de Vidal para darles vida con la pasión. Beige, suave verde caqui, camel, negro profundo, blanco puro , y una sintonía final de estampados maravillosos tan bien dibujados en la mente de Vidal y plasmados en prendas como finas cazadoras tipo bomber en seda muy mórbida, kimonos abiertos como guardapolvos largos y de aberturas super sexy, monos increíbles con mangas abullonadas de perfil casi japonés y, para rematar, una prenda fetiche en su historia: el icónico trench magnífico que es ya un clásico sencillamente adorable.

Los pies «vestidos» por la internacional firma también alicantina Cuplé, con unos botines fantásticos de tacón medio fino y una silueta elegante que envuelve el perfil del caminar con elegancia, bellos pero no excesivamente protagonistas, perfectos para el look de Juan Vidal. Toñi Pastor sabe lo que hace y forma un binomio perfecto con él.

En su trabajo se ve evolución, mayor madurez y serenidad. Una gran colección muy urbana, con gusto por tejidos maravllosos y algunas texturas de destellos tan funky como actuales, de un nombre que vino para quedarse y ya es mucho más que eso.