La realidad virtual llega pisando fuerte, y muestra de ello es el indiscutible protagonismo que tiene en el Tokyo Game Show, una de las mayores ferias de videojuegos del mundo, que inauguró ayer su vigésima edición en la ciudad de Chiba, al este de Tokio.

Enfundado con un enorme visor y mandos con luz multicolor -un espectáculo visual tanto para el jugador como para el que lo observa- es como se juega en el futuro cada vez más cercano de un sector emergente en el que el gigante Sony se ha convertido en un referente incluso antes de sacar al mercado su PlayStation VR.

Sony forma parte de los 614 exhibidores récord que se dan cita hasta el próximo 18 de septiembre en el centro de convenciones Makuhari Messe de Chiba, donde se ha instalado un área específica para presentar lo último en realidad virtual (VR, por sus siglas en inglés).

El vertiginoso avance tecnológico ha creado nuevas inquietudes en los consumidores, incluidos los de videojuegos, que tras años a los mandos de títulos convencionales demandan nuevas experiencias, ver, sentir y presentarse como los auténticos protagonistas de los juegos.

«La realidad virtual plantea una forma de jugar novedosa; con ella puedes ir a cualquier sitio, y nosotros queremos construir estas nuevas experiencias para los jugadores», explica el responsable de producto de Sony Interactive Entertainment, Yasuo Takahashi.