Decenas de lanzas simuladas y pancartas portadas por vecinos y aficionados exigieron ayer en Tordesillas libertad, democracia y tradición durante la celebración del primer Toro de la Peña de su historia, sin lidia ni muerte para cumplir así con la normativa autonómica.

Sin ningún herido por asta de toro, el festejo transcurrió con normalidad y se caracterizó por el respeto de los vecinos y aficionados a la reciente norma que en Castilla y León prohíbe la muerte pública de animales en festejos populares y tradicionales. Lanzas simuladas, pancartas y proclamas contra el decreto han adornado balcones y esgrimido numerosos aficionados y vecinos antes de la suelta del Toro de la Peña, un ejemplar de 670 kilos, de nombre «Pelado», que hizo el mismo recorrido del Toro de la Vega.

Un mozo que portaba una lanza auténtica, fue identificado por la Guardia Civil, uno de los escasos incidentes junto al registrado dos horas antes de la suelta, cuando partidarios y detractores intercambiaron insultos y golpes aunque los enfrentamientos fueron menores que años atrás.