«Ustedes lo conocían como artista y yo como el yayo». Estas palabras pronunciaba uno de los nietos de Remigio Soler en el funeral del artista alicantino, celebrado ayer en el tanatorio La Siemprevivia, antes de que su cuerpo recibiera sepultura. La sala se llenó, no de tantos artistas como hubiera sido deseable, pero sí de familia, amigos y vecinos que quisieron despedirse del pintor y escultor, pero también de «un ser excepcional».

Así le definió tras el acto el profesor y escritor Juan Antonio Roche, que lleva un año inmerso entre la obra del artista alicantino muy vinculado a las Hogueras y fallecido el pasado sábado, preparando la exposición antológica que se inaugurará el próximo día 30 en la sala de la Lonja y que el artista esperaba con gran emoción. «Desde el punto de vista artístico era un artesano; tenía una técnica impresionante y unas temáticas muy interesantes».

En su opinión, «él era como de otro tiempo», lo que no quita que fuera «un hombre profundo y humano», apunta Roche que mañana protagoniza una nueva sensión del ciclo Descubre una obra en el Mubag, precisamente en torno a una creación de Soler, Apocalipsis, que comentará a partir de las 20 horas, y en la que el artista no podrá ya estar presente.

Sus hijos Maite, Maria José, Isabel y Remigio, además de su inseparable esposa, María Teresa, recibieron las condolencias de numerosos amigos, así como del alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri; el concejal de Cultura, Daniel Simón, además de representantes de otros grupos municipales, como el PP, del mundo de las Hogueras y de la Asociación de Vecinos de Benalúa, barrio en el que se instaló hace años y en el que era querido y respetado, hasta el punto de que esa entidad ha sido la promotora de la exposición que se realizará en la Lonja.

De hecho, Remigio Soler, mientras estaba hospitalizado, hablaba con gran ilusión de esta muestra, que finalmente no podrá ver. «Yo creo que es un hombre al que tendremos que revisar cada cierto tiempo», asegura Roche.