El alicantino Juan Martínez Serrano dibuja monstruos y superhéroes en trazos de blanco y negro, como trasmundo de pesadillas, miedo y terror, sobre la mesa que le habilitan en el set de rodaje en Barcelona junto al director Juan Antonio Bayona. Entonces, el responsable de Lo imposible, sujeta el lápiz rojo e inyecta sobre el fondo de los ojos de una de las criaturas de Martínez un rastro de sangre. El joven ilustrador alicantino calla y otorga, pero está irritado. «¿Qué te pasa?», le dicen sus padres. «Pues que la obra ya no es mía», les espeta, como lanzando una ironía al vuelo.

Juan Martínez Serrano, estudiante del Liceo Francés de Alicante, es asombrosamente exigente y profesional pese a su temprana edad. Y no le asusta el cometido de uno de los grandes directores españoles y en boga hoy en Hollywood, Juan Antonio Bayona, ni tampoco le tiembla la mano cuando se le encarga este proyecto gigantesco: trabajar todas las ilustraciones que el niño protagonista del filme Un monstruo viene a verme, Connor, sueña e imagina como método para superar y afrontar el acoso escolar que sufre y la grave enfermedad que padece su madre.

Por ese motivo, Martínez Serrano se entrega sin descanso a la que es una de sus verdaderas vocaciones, el dibujo y la ilustración, al tiempo que la productora le comunica que ha ganado el casting (había otros candidatos) y se van sucediendo las ideas: príncipes, monstruos, reyes, superhéroes, reinas, árboles... ¿Pero por qué Bayona optó por contratar a un niño dibujante cuando podía hacer lo mismo con un profesional adulto? La explicación radica en la obsesión de un cineasta que persigue la recreación hasta el más mínimo detalle, como los efectos y el dramatismo de una ola que se lo traga absolutamente todo en Lo imposible.

«Me gustó mucho estar con Bayona y dibujar. Él me decía más o menos lo que quería, si un dragón, si un árbol... a veces me dejaban ver plantillas para ver más o menos lo que querían, pero la mayoría de veces era yo quien los hacía dejándome llevar», explica Martínez Serrano, quien creó más de 100 diseños distintos durante cerca de seis meses de dedicación. Un privilegio que este joven alicantino valora como un recuerdo imborrable y una enorme oportunidad en su inicial carrera, aunque su pasión por los animales también le invita a cursar estudios de veterinaria en un futuro no muy lejano.

«Cuando llegué a la habitación del protagonista (Connor O'Malley, quien encarna el actor escocés Lewis McDougall) y vi todos mis dibujos decorándola... me quedé flipado. Estaban por todos lados», indica Martínez Serrano, quien ha realizado muchos de estos bocetos en Alicante y, otros tantos, en Barcelona, bajo la supervisión de Juan Antonio Bayona y todo su equipo.

«En una ocasión me dijeron que iban a rodar algunas escenas solo con mis manos dibujando... pero todo se paralizó cuando se dieron cuenta que era zurdo... ¡porque el actor protagonista no lo era!», comenta como anécdota Martínez Serrano, quien guarda muy buen recuerdo de Lewis McDougall: «Estuvimos hablando de los dibujos, que le gustaban mucho, y me felicitó. También me firmó la novela (en la que se basa la película)», agrega.

Martínez Serrano lleva desde los tres años dibujando, y despierta entonces un talento innato que su profesor, Rudy Mercado, captó rápidamente. De hecho, no podían haber encajado mejor las piezas de este puzzle que es la vida, ya que Mercado es un experto cineasta en ambientación que recomendó a la productora de Un monstruo viene a verme el fichaje del alicantino. Y cabe hacer aquí un inciso, porque Rudy Mercado no es un profesor de dibujo cualquiera, ya que ha trabajado en el campo de la escenografía cinematográfica con directores tan prestigiosos como Ridley Scott (El reino de los cielos), Guillermo del Toro (El laberinto del fauno) o Steven Soderbergh (Che). De este modo, Mercado, con escuela en Alicante, no tuvo ni el más mínimo atisbo de duda de recomendar a Juan cuando la productora buscaba un niño que realizase dibujos que den miedo. Fue algo cantado.

«Muchos dibujos los tenía que medio terminar. O hacía varios bocetos de principio al fin de la misma versión. Así, el actor, se ponía a dibujar y luego iban apareciendo los otros que ya había terminado», explica el alicantino Juan Martínez, quien recuerda que Bayona le insistía especialmente en imágenes «con trazos violentos» y siempre bajo el blanco y negro.

Aunque todavía no está confirmado, todo apunta que en breve aparecerá una reedición de la novela de Patrick Ness, con imágenes y fotografías del rodaje de la película, y muy pr0bablemente con algunas de las ilustraciones del alicantino Juan Martínez. Algo que no se sabrá hasta el último instante ya que el alicantino, por medio de sus padres, cedió todos los derechos de las imágenes y dibujos realizados a la productora (una práctica habitual en estos casos).

De cualquier modo, el alicantino tiene su mejor regalo (sus propias obras en una superproducción de Bayona) remunerándole, además, con una beca para seguir estudiando dibujo durante un año totalmente gratis.