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La puerta marina de Lucentum ve la luz

Las excavaciones confirman la existencia de una segunda puerta romana de acceso al mar

La puerta marina de Lucentum ve la luz

Lucentum, la antigua ciudad de Alicante, sigue siendo una caja de sorpresas y las excavaciones arqueológicas que allí se realizan cada verano así lo demuestran. El último hallazgo ha sacado a la luz una segunda puerta en el yacimiento romano: la puerta marina que comunicaba la ciudad con la zona portuaria, levantada hace unos 2.040 años a unos 150 kilómetros del mar.

Lucentum, ubicado en el Tossal de Manises, solo tenía una puerta al descubierto, la puerta oriental que daba al campo por el norte, y «el año pasado nos planteamos que tenía que haber una puerta que diera al sur, al final de la calle principal que atraviesa el foro, y se localizó la ruptura de la muralla. Este año hemos profundizado en la roca y se confirma que la puerta que daba al mar se abre sobre la muralla», explica Manuel Olcina, director técnico del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), que indica desde el terreno acotado que los trabajos muestran «la rebaja del paso de los carros y el empedrado romano de pavimento».

De las excavaciones realizadas se deduce que la puerta marina fue construida con sillares de los que apenas queda rastro, ya que «cuando la ciudad entró en decadencia, los romanos se los llevaron de allí. ¿A dónde? No lo sabemos, es un enigma, pero se llevaron los elementos de construcción más importantes», añade Olcina.

El codirector de la actuación y director del servicio de Arquitectura de la Diputación de Alicante, Rafa Pérez, apunta que la distancia entre un lado y otro de la antigua puerta era de 3,30 metros y pone de manifiesto que «los romanos eran muy prácticos y muy eficientes en el diseño de las ciudades».

Manuel Olcina añade que «ya no hablamos de una puerta, sino de dos, y empezamos a comprender la evolución urbana de la antigua ciudad, que tenía una buena planificación, y era lógico que apareciera por donde ha aparecido, ya que conecta la gran avenida de un lado a otro para dar servicio al tránsito de la ciudad y facilitar la movilidad romana».

Antonio Guilabert, el arqueólogo de campo del Tossal de Manises junto con Eva Tendero, data de la época del primer emperador Augusto la construcción, «hacia el cambio de era, cuando se crea la ciudad, hace unos 2.040 años», al tiempo que recuerda que entonces las ciudades romanas como Lucentum se construían a imagen y semejanza de Roma.

También se ha encontrado una cloaca frente a la puerta marina, pero fuera de la muralla y se ha constatado que este vertedero «se inutiliza muy pronto al entrar en decadencia la ciudad y no poder mantenerla».

En estas campañas de excavación han intervenido una docena de alumnos de la Universidad de Alicante durante el mes de julio, y otros tantos del pasado verano, del 2º curso de grado y del Máster en Arqueología Profesional y Gestión Integral del Patrimonio, quienes «rascando y quitando la tierra con pinceles» han conseguido sacar al aire los restos.

El paso próximo es profundizar en la investigación y lograr la musealización de la zona -una mínima intervención para mantener los restos y hacerlos comprensibles al público-, ambas fundamentales para explicar a los ciudadanos el yacimiento arqueológico ubicado en la Albufereta.

«Aquí hay trabajo para generaciones y generaciones», manifiesta el director técnico del MARQ, que recuerda que en 2018 el Tossal de Manises celebra 20 años abierto al público y aún queda la mayor parte del terreno por excavar: de las 5 hectáreas que tiene el recinto, solo se ha trabajado en algo más de una. «Tenemos un monumento excepcional -la ciudad antigua de Alicante dentro de la ciudad moderna- en un espacio turístico que es una joya y hay que seguir excavando», concluye Olcina.

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