Los cursos de verano Rafael Altamira de la Universidad de Alicante han cerrado su 15ª edición con cifras de éxito tanto en alumnado como en las propuestas materializadas que, en varios casos, han tenido que abrir listas de espera entre los matriculados. En total, han sido unos 1.400 alumnos los que han participado en los programas docentes que, además del campus y varias sedes universitarias, este año han visitado por primera vez Ciudad de la Luz.

En el campus y la Sede Ciudad de Alicante se han realizado 17 cursos, mientras que en las sedes de la provincia se han llevado a cabo otros 17, a los que hay que añadir los cuatro cursos desarrollados con éxito en el nuevo emplazamiento de Ciudad de la Luz. Se han impartido 38 cursos de los 42 programados, «un buen balance que nos confirma que nuestra aproximación inicial era acorde con la demanda social», comenta Catalina Iliescu, coordinadora académica de los cursos de verano.

En palabras de Iliescu, los aproximadamente 1.400 alumnos matriculados indican que la edición de 2016 ha alcanzado resultados alentadores, «si tenemos en cuenta variables desfavorecedoras como unos planes de estudios que contemplan el reconocimiento muy restringido de estas opciones formativas, un calendario de exámenes que se solapa con nuestra actividad y el siempre presente factor económico que hemos intentado paliar con medidas como la reducción en un 30% de las tasas en el caso de los cursos realizados en sedes de la provincia y con una mayor implicación de patrocinadores externos en esta oferta estival».

Por el contrario, los condicionantes favorables que han contribuido han sido «la calidad de los ponentes y los contenidos de los programas formativos, una visión más profesionalizante, enfocada a diversos sectores (policías, abogados, maestros, arqueólogos, archiveros, cineastas, informáticos), una vocación metodológica aplicada y unas temáticas novedosas abordando cuestiones candentes o estratégicas (igualdad, defensa del patrimonio, sostenibilidad medioambiental) y la presencia de personalidades académicas y mediáticas que, un año más, dotaron de prestigio a la oferta formativa veraniega de la UA», añade la coordinadora.

Del grueso del programa estival de cursos, Iliescu destaca que entre los «más buscados» se encuentran los cursos ´Las novedades en la legislación administrativa´, con 156 alumnos en colaboración con el Ilustre Colegio de Abogados de Alicante (ICALI), o ´La prueba en el proceso penal´, con 107 alumnos en colaboración con el Cuerpo Nacional de Policía, «cursos que denotan una clara vocación hacia el ejercicio profesional y un enfoque de vertiente práctica», añade.

También han gozado de muy buena acogida los cursos organizados junto a la Generalitat Valenciana en Ciudad de la Luz. «Si bien su éxito no se mide en cifras abundantes ya que, por la propia naturaleza de la docencia y aplicación práctica, se optó por imponer ´numerus clausus´ que resultaron en algunas listas de espera, sí se puede evaluar en los conocimientos y destrezas que los matriculados han adquirido de manera muy satisfactoria, a juzgar por las encuestas de calidad que nos han llegado», comenta la directora académica.

Los cursos que responden al afán de internacionalización de la UA y que se realizan bajo el paraguas del convenio con universidades extranjeras, con docencia íntegra en inglés, han mantenido su marchamo alcanzando de nuevo cifras halagüeñas de matrícula como en el caso del más veterano, ´Summer Business Program´, con la Universidad de Missouri Columbia, con unos 70 alumnos procedentes de seis países.

Mención aparte merece el compromiso del Ministerio de Defensa con el curso ´En defensa del patrimonio cultural´ sobre el papel que juegan las instituciones en el trinomio sociedad, educación y patrimonio. «El éxito de los Cursos de Verano Rafael Altamira es gracias a un intenso trabajo llevado a cabo por los directores de los cursos y por el equipo humano que, desde la secretaría, ha sabido sortear obstáculos y poner toda su energía y entusiasmo en el buen desarrollo de esta propuesta veraniega, emblemática para la UA», finaliza Catalina Iliescu.