Que el estilo de la década de los noventa vuelve a estar de moda es indudable. Y que los festivales de música lo reflejan, también. El arranque del Low Festival de Benidorm puso de manifiesto esta vuelta al pasado, y no solo en lo que a música se refiere. Desde que abrieron las puertas, el público que comenzó a llegar al polideportivo Guillermo Amor lo hacía envuelto en un look vintage noventero. Vestidos de flores, aires grunge, mochilas, «chockers», «crop tops», gafas de sol estilo Lennon y Converse dieron cuenta de este regreso. Y en el terreno musical... Belle and Sebastian.

El grupo de indie pop escocés formado en Glasgow en 1996 no defraudó y puso su granito de arena en esta evocación de la década de los 90 con la interpretación de algunas de las canciones de su álbum de cabecera: If you're feeling Sinister. Los cabezas de cartel de este primer día de festival no defraudaron al público que les esperaba desde hacía cerca de una hora a los pies del escenario Budweiser.

Los siete de Glasgow crearon una atmósfera envolvente en la que también hubo un hueco para varios temas de su nuevo disco, Girls in pacetime want to dance. Canciones en las que se hizo palpable la evolución de los escoceses, que se han ido acercando más al pop y a lo bailable. El público disfrutó, saltó, bailó y cantó con la banda, que no es la primera vez que viaja hasta Benidorm para hacer vibrar a los «lowers».

Dos horas después y con un aire más futurista saltaron al escenario los londinenses Hot Chip, que llevaron al éxtasis al público, sobre todo cuando sonó Over and over -considerada al canción del año 2006- y Ready for the floor, uno de sus temas más conocidos.

Ángel Stanich, cantante cántabro de rock alternativo, fue el encargado de romper el hielo del Low Festival 2016. A las 19.00 horas comenzó la fiesta y el escenario Ron Matusalem albergó el primer concierto de la jornada, mientras los asistentes iban llegando tímidamente al polideportivo Guillermo Amor.

A partir de las 21.00 horas el público comenzó a llegar en masa al recinto, en el que la organización también ha instalado varias zonas de ocio en las que los «lowers» pueden relajarse y esperar a sus grupos de cabecera. Dos piscinas, espacios gourmet, metros y metros de césped hicieron las delicias de aquellos que necesitaban descansar entre concierto y concierto. Pero lo más codiciado entre los más madrugadores fue la sombra, necesaria para combatir el calor benidormense.

El escenario más grande del Low, el Budweiser, también albergó uno de los conciertos más esperados de la noche, esta vez «made in Spain». Love of Lesbian se han convertido en asiduos al Low Festival. Ya son varios años los que llevan pisando el Guillermo Amor. Y ya son varios años los que llevan revolucionando a los asistentes. Nunca fallan. Anoche no lo hicieron aunque hubo entre el público quien los consideró algo más «flojitos».

Con una setlist, de alrededor de 20 canciones, el grupo barcelonés repasó su trayectoria e incluyó temazos como Allí donde solíamos gritar, 1999, Segundo asalto o la súper popular y architarareada Club de fans de John Boy. Los «lesbianos», que van sobrados de carisma, también tocaron canciones de su recién estrenado disco El Poeta Halley.

Asimismo, el sonido patrio estuvo representado por La Maravillosa Orquesta del Alcohol, conocidos por el acrónimo La M.O.D.A. El sexteto llegó cargado de un estilo lleno de matices y fusiones de folk, blues, rock & roll y punk. Las bandas nacionales León Benavente, Belako, las guitarras de WAS y los platos de ELyElla Djs también pisaron el escanario Ron Matusalem.

La electrónica también tuvo su huco en el escenario Järgermusic, en el que la gente aprovechaba para descansar en las zonas ajardinadas y tomar algo. Dj Capo, The Zaphyr Bones, Pin&Pon Djs, King Cayman, BSN Posse, Mordisco y Omega III pusieron música en esta zona del recinto festivalero, que cerró sus puertas pasadas las cinco de la madrugada.

Cada concierto duró alrededor de una hora e iban empezando cada 30 minutos para que los asistentes no se perdieran nada. Así, cerca de 25.000 «lowers» transitaron ayer por el polideportivo con los vasos reutilizables típicos del festival colgados al cuello.

Otro de los grupos internacionales que dio prestigio a la primera jornada fue el dúo británico Monarchy. Andrew Amstrong y Ra Black, con traje chaqueta en pleno julio en Benidorm, desafiaron al calor y demostraron elegancia británica y buen rollo con sus temas electropop.

Los valencianos Testarosa, ganadores del concurso Budweiser_Emerge 2016 en el que participaron más de 200 bandas, también pisaron el escenario con nombre de cerveza, que es además la bebida más solicitada del festival.

Las propuestas más íntimas se vivieron en el escenario Wiko. Vera Green, Camión, Dwarves, Oblivians y Holy Paul pasaron por este espacio, que sirvió para amenizar las largas colas para conseguir algo de comer.

La segunda jornada del Low Festival arrancará hoy con la apertura de puertas a las 18.00 horas y con Suede como cabeza de cartel. La banda inglesa formada en 1989 volverá a llevarnos de regreso a la década de los noventa. Un viaje en el que también se enmbarcarán Los Planetas, pioneros en esto de la música indie española.