Una agrupación estable, profesional, con un programa para toda la temporada, con músicos de o relacionados con Alicante, que trabajen con contrato, con iniciativa privada, con un formato de cooperativa y con la intención de acercarse al público joven. Eso quiere ser la Orquesta Filarmónica, agrupación que empezó a configurarse a principios de año y que ahora ya está constituida como organismo. El origen es sencillo. El empeño de un grupo de amantes de la música, unidos por el objetivo de conseguir que una provincia tan musical como Alicante consiga una orquesta «estable y prestigiosa que sirva para potenciar el talento musical de esta tierra», según la presentación de la OFA, como aparece en su logotipo.
Será el próximo 8 de octubre, en el ADDA, cuando se presente en sociedad esta formación orquestal con el que será su primer concierto. La batuta del proyecto la toma Francisco Melero Belmonte, director de la Orquesta Filarmónica de Requena, formación de jóvenes que puso en marcha en 2006. «Queremos romper con lo establecido, que sea una formación dinámica, con conciertos didácticos, para seducir al mayor espectro posible de público», asegura.
De hecho, uno de los objetivos de la OFA es el de innovar musicalmente, con una programación que incluya conciertos sinfónicos-clásicos y de ópera y zarzuela, pero también «otros campos poco explorados como las bandas sonoras o el rock sinfónica con la intención de aproximarnos a todo tipo de público, aprovechando las nuevas tecnologías tanto en audio como en luz y sonido».
Como meta, «conquistar al público de Alicante con una programación muy diversa, no solo del mundo clásico». También, «ser autosuficientes y polivalentes, la orquesta se va a ofrecer a grabaciones de cine, conciertos de rock sinfónico, flamenco sinfónico... no solo lo clásico». Y destaca que «queremos acercar la orquesta al público, queremos explicarle lo que vamos a hacer, romper esa frialdad; que no vean una orquesta como un cliché».
También pretenden «romper con lo establecido», pero «respetando las programaciones de otras formaciones; la idea es ir juntas de la mano con otras orquestas para sumar no para dividir», afirma el director.
«Nos dimos cuenta de que Alicante necesita una orquesta filarmónica estable no virtual o irregular», afirma Joaquín Santo Matas, presidente de la junta directiva recién creada, con Vicente Díez Urios, como vicepresidente; Rafael Simón, como secretario; Pedro Bog, como tesorero, y Adrián Campo, David Vicente Sala, Iván Pérez, Jorge Páez, José Nestorvio, Juan Luis Más y Jorge Soria como vocales.
«Queremos aglutinar a músicos que están fuera, dispersos por España, e involucrarlos en el proyecto, porque nacemos de la nada con espíritu casi de cooperativa, sin ayuda». Pero, eso sí, según Santo Matas, «va a ser una orquesta profesional cien por cien con temporada a lo largo del año. «Lo que no podemos poner son sueldos fijos de momento, estamos buscando esponsorizaciones ofreciendo la orquesta a instituciones o yendo a taquilla».
La parte didáctica tendrá un peso importante, según Santo Matas, por lo que se contará con músicos invitados, y se intentará captar a músicos nacidos en Alicante o que viv[an aquí «como base de la orquesta». Después irá creciendo «y nuestra pretensión es ir captando a solistas alicantinos que están dispersos por España».
Por eso, el siguiente paso será seleccionar a los músicos, que se sumen al medio centenar como plantilla orgánica, un proceso que se realizará en septiembre a través de unas audiciones. Serán en el Aula de Cultura de la Fundación Caja Mediterráneo, espacio que les ha sido cedido para los ensayos.
Para Vicente Díez Urios, vicepresidente de la OFA, lo importante es ir consiguiendo «empresas de esponsorización». De hecho, «ya tenemos el apoyo de empresas y también de ayuntamientos que nos ceden espacios». A día de hoy, afirma, «somos una asociación sin ánimo de lucro, los trámites legales ha están hechos y el objetivo futuro es que se convierta en una fundación».
«Vamos a hacer una orquesta, vamos a demostrar lo que somos, que los músicos tomen conciencia de que esta orquesta es de ellos y luego ya hablaremos con las instituciones», apunta Francisco Melero.
De momento, el programa del primer concierto ya está elegido: 5ª Sinfonía, de Beethoven y la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Dvorak. Después se han planificado conciertos con una periocidad de más o menos dos meses. «Sabemos que es un proyecto ambicioso», asegura Díez Urios.
