¿Son los raperos de ahora los cantantes protesta de los 70 o están más cerca de los rockeros críticos?

En mi caso, tengo algún ramalazo de los rockeros críticos. Mi música nunca ha ido por el camino de la canción protesta ni quiero parecerme a ella. El formato de cantautor no me gusta. Me parece un poco pedante y casposillo. Me gusta más la actitud que tuvieron en su época los Rolling Stones o los Creedence, bandas que plasmaron sin pretensiones el signo de sus tiempos.

¿Qué diferencia hay entre rimar y cantar?

La diferencia es grandísima. Yo rimo y puedo entonar un pelín. Pero no llego a cantar tonos. Es cierto que si uno tiene buena lírica como rapero y también sabe cantar aporta un plus. Ahora estoy pensando en Drake, por ejemplo, que es su caso. Y me gusta mucho.

¿Por qué el hip hop sigue siendo un mundo de hombres?

Es una pregunta que me hago a menudo. Parece que la única en este país que ha hecho algo es la Mala Rodríguez, pero está claro que tiene que haber más tías. A mí me da coraje que la industria haya movido los hilos por un lado y las mujeres se hayan dejado. Parece que los discos más raperos son sólo para los tíos y para ellas dejan los temas más de bailar. La industria ha dado con un filón ahí y ellas se han dejado también.

¿A qué escritores rapearía?

A Enrique Vila-Matas, Bolaño, Coetzee y muchos más que tienen grandes ideas. Si tuviera que elegir a algún escritor de buenas frases, diría a Cesare Pavese y su libro El oficio de vivir. En general, los autores que escriben diarios tienen grandes frases porque condensan mucho. De quien sí he cogido frases a veces es de Jules Renard, que también tiene un diario maravilloso.

¿Cuál es la verdadera crisis? En el disco apunta a la sociedad de las redes sociales.

No tengo redes personales, jamás he puesto una opinión mía en mis cuentas, que me las llevan para anunciar conciertos y cosas así únicamente. He seguido la vida que tenía con mi quinta. Cuando vi cómo se relacionaba la gente con Facebook o Twitter, no me sentí bien y me di cuenta de que no eran buenos sitios. La sociedad actual y exhibicionista se basa en la ausencia de moral. Detrás está la idea de que al público se le da lo que le gusta y no es cierto. En internet, importan solo las visitas. Y no, la gente no quiere a Belén Esteban, lo que pasa es que después de haberla ofrecido en la televisión durante tantos años la gente la ha asumido. Cada día tengo más claro que la ausencia de moral es la base del mainstream. Y yo no puedo ser partícipe de esa mierda. Por otra parte, tampoco soporto al hipster jocoso que se cree muy guay riéndose de gente como Belén Esteban. ¿En serio que dedicas tu vida a esto? Este tipo de profesiones son verdaderas bromas y enfermedades. Lo veremos con el tiempo.