Merecieron la pena los fines de semana de ensayo, el tiempo dedicado al estudio, el sacrificio de renunciar al tiempo libre. También las 35 horas de autobús, el sueño y el cansancio. Cuando los chicos de la Orquesta de Jóvenes de la Provincia de Alicante y de Aspirantes a la OJPAOrquesta de Jóvenes de la Provincia de Alicante Aspirantes a la OJPA se subieron al escenario de la Sala Dorada del Musikverein todo eso se almacenó en «la nube» y el sueño se hizo realidad. No hacía falta más. Pero hubo más.

El jurado del Festival Internacional Summa Cum Laude de Orquestas Jóvenes escuchó, disfrutó y vio que el entusiasmo mueve muros. Y que estos chicos, desde Alicante, eran capaces de hacerlo. Por eso concedió el segundo premio en la categoría de orquestas sinfónicas a la OJPA, que ya volvió de Viena con el primer premio el año pasado, y, por eso también, decidió que la Orquesta de Aspirantes merecía ganar el tercero. Dos de dos para las formaciones que representaban a la provincia y también a España, ya que eran los dos únicas concursantes del país.

La Sala Dorada, que han pisado los grandes, como Brahms, Mahler o Bernstein, se ponía a los pies de estas agrupaciones. Primero concursaron los Aspirantes, la formación de menos edad de toda la competición. Un total de 66 músicos de entre 8 y 14 años, dirigidos por Juan Miguel Antón, que tuvieron que pelear en el escenario al mismo nivel que el resto de orquestas con edades entre los 15 y los 24 años.

Antes de salir hubo nervios, alguna lágrima y mucha emoción. Y fue esa energía la que impresionó al jurado. Con Fidelio, de Beethoven (pieza obligada), Goyescas, de Granados, y Carmen, de Bizet. Y el milagro se hizo. Los miembros calificadores aseguraron haber quedado impresionados por que niños tan pequeños formaran parte de una orquesta sinfónica, por su templanza en un escenario que impone tanto, por su actitud y su energía, por sacar pecho con un repertorio complicado y al alcance de músicos mucho más curtidos. Tanto gustaron, que después de actuar, cuando volvieron a la sala para escuchar a sus hermanos mayores, el público volvió a aplaudirles.

Después fue el turno de la OJPA, en su tercer año como concursantes y después de haberse alzado con el primer premio en la pasada edición. Más de 80 jóvenes de entre 15 y 24 años, y su director, Francisco Maestre, que ya mostró tablas en el escenario de la Sala Dorada. La seguridad y la calidad volvió a poner de manifiesto ante el jurado que en Alicante se hace muy buena música. Sobre todo cuando sonaron La Revoltosa, de Chapí, y Capricho español, de Rimsky Korsakov.

El jurado no tuvo más que palabras de entusiasmo para esta formación, alabando la calidad demostrada en los solos y haciendo hincapié en la progresiva mejoría de la OJPA, convertida ya en mucho más que una orquesta de jóvenes. Y el público así lo entendió también al ponerse en pie a aplaudir tras la actuación.

Después llegó el rélax y en un par de horas la doble alegría. Y serán dos premios los que se traigan en la maleta estas dos orquestas. «Ha sido brutal -aseguraba ayer desde Viena Francisco Maestre-, el jurado no esperaba que Alicante tuviese una representación tan grande de músicos con estas dos orquestas y con la de Aspirantes que ellos pensaban que eran junior, no tan pequeños, porque había algunos a los que no les llegaban los pies al suelo... Se han quedado impresionados».

Como director de la OJPA, considera que «ha sido muy emocionante y el hecho de quedar segundos no le resta importancia al premio». De hecho, el jurado realizó una mención especial, de manera que esta orquesta actuará mañana en la gala de entrega de premios que se celebrará en el Konzerthaus. «Nos ha dicho el jurado que estamos tomando ya un cariz de orquesta casi profesional y lo más bonito que han dicho es que ven futuro».

En el futuro piensa también Juan Miguel Antón porque «esto va a marcar un antes y un después». Regresar el día 7 con dos premios «es un reconocimiento internacional a mucho esfuerzo por parte de todos y la provincia de Alicante se debe sentir muy orgullosa de sus músicos».

Los más pequeños «han demostrado un gran nivel en un imponente escenario y tienen un camino por andar enorme». Volver con dos premios, asegura, «es un orgullo, una emoción enorme, algo indescriptible».