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Quinta y última corrida

El arte del toreo ecuestre pone el broche

Andy Cartagena consigue los máximos trofeos y logra abrir la puerta grande. Manuel Manzanares, espoleado por sus paisanos, corta una oreja de raza y la rejoneadora francesa Lea Vicens logra idéntico trofeo

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El arte del toreo ecuestre pone el broche a la Feria de Hogueras de Alicante

Con casi lleno en la plaza, en tarde fresca y apacible finalizó la Feria de Hogueras Feria de Hogueras con la corrida de rejones, aunque no así el abono porque falta la interesante novillada con picadores prevista para el día 7 de agosto.

De los rejoneadores anunciados, Ginés Cartagena se cayó del cartel debido a una lesión, siendo sustituido por Manuel Manzanares, llenándose la plaza por un público cuyo perfil es sustancialmente distinto al que asiste a ver el arte de Cúchares, pero tal diferencia en Alicante se aprecia un poco menos dado la popular idiosincrasia del coso.

Se corrió un encierro de Fermín Bohórquez, encaste Murube, cuya fama le precede dado el atractivo que tiene para aficionados y rejoneadores. En esta ocasión el ganado estuvo desigual de presentación y dando buen juego en general.

Presidió el festejo don Manuel Lafuente Lázaro, que debutaba en estas lides.

El primer toro de Andy Cartagena, Muletero, era tan chico como bravo y salió con muchos pies, buscando al caballo con codicia, recibió un rejón de castigo y el rejoneador lo templó transmitiendo mucha emoción pese a que los embroques tenían lugar mucho más atrás del estribo. Rejón de muerte defectuoso y una oreja.

Su segundo golpeó continuamente a las cabalgaduras, aunque la exhibición de toreo ecuestre puso al público en pie. Mató bien y fue premiado con las dos orejas y el rabo.

Manuel Manzanares marró tanto con su primer rejón de castigo como la primera banderilla ante Numerario, el toro mejor presentado, pero nadie podrá negarle su voluntad de agradar, esfuerzo que le reconocieron sus paisanos aunque tampoco faltasen gestos de discrepancia. Mató bien y fue ovacionado tras la petición del trofeo.

Mejoró un tanto la tónica en el quinto de la tarde, destacando la segunda banderilla, clavando de modo soberbio y al estribo, con pureza. El rejón de muerte cayó trasero y el público pidió la oreja, concedida por el usía.

Lea Vicens actuó en tercer lugar al cambiar el cartel y por ser más antiguo el alicantino, mostrando la amazona que con su carisma y don de gentes es capaz de suplir sobradamente algunas carencias lógicas para quien está todavía en las primeras letras del Catón del rejoneo. Echó el pie a tierra para descabellar a su primero y fue ovacionada. Cortó una oreja al último toro de la tarde y de la feria, de nombre Jubiloso.

Su proyección es tremenda porque tiene duende y apetece mucho volver a verla.

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