China lanzó ayer con éxito su nuevo cohete Larga Marcha-7, destinado a ser el vehículo de transporte de los módulos de la futura estación espacial china. El nuevo cohete despegó sin problemas desde el centro espacial de Wenchang, en la isla de Hainan (sureste). El Larga Marcha-7 tiene una altura de 53 metros y pesa 597 toneladas, incluyendo el combustible, compuesto por una mezcla de oxígeno líquido y queroseno, menos contaminante que los empleados anteriormente. Su capacidad de carga máxima es de 13,5 toneladas, frente a las 8,6 de la anterior generación de cohetes espaciales chinos. Los científicos chinos han tardado ocho años en desarrollar este cohete, para cuyo diseño y manufactura se han utilizado tecnologías 3D. China tiene previsto lanzar en 2018 el módulo central de su estación espacial, una instalación que espera tener en servicio hacia 2022. Además, el año próximo se lanzará la sonda lunar Chang'e 5.