Antonyo Marest lleva literalmente tatuado en el pecho el Mediterráneo, presente siempre en su pensamiento y en su obra: «Yo me considero un artista mediterráneo, mi obra se basa en el mar, normalmente utilizo los tonos azules para pintar y siempre he pensado que a Madrid lo que le falta es playa», explica para justificar el mural que acaba de realizar en los muros de Tabacalera de Madrid, que ha bautizado con el nombre de La Terreta.

Marest (Alicante, 1987), afincado en Madrid desde hace tres años, ha sido seleccionado para participar en la segunda edición del festival de arte urbano Muros Tabacalera, organizado por Madrid Street Art Project, un proyecto en el que colabora la Subdirección General de Promoción de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, que ha invitado a 25 artistas nacionales e internacionales para dar color con sus creaciones a los muros exteriores de la antigua fábrica de tabacos madrileña, ubicada en el barrio de Lavapiés.

En su primera edición, en 2014, otro artista alicantino, Rosh333, ya estrenó estos muros, y ahora será la obra de Marest la que permanezca visible al público durante dos años, hasta la siguiente edición.

Marest se define como artista multidisciplinar y su obra hace referencia al post grafiti, que abarca desde la arquitectura hasta el uso de la artesanía, ligado al arte abstracto pop con referencia los años 80. Normalmente utiliza la pintura en sus murales, pero en esta ocasión se ha lanzado con la antigua técnica valenciana del trencadís para homenajear a su tierra.

«Tenía muchas ganas de hacerlo, es mucho curro pero en tres días me lo he hecho, sin dibujos previos ni nada, iba como una bala. Me gasté el dinero en el material, mi padre me lo trajo y yo fui rompiéndolo», apunta, tras indicar que ha querido dejar una parte del Mediterráneo, que busca siempre en Madrid desde las alturas «porque el horizonte te abre la mente».

El lema de este año de Muros Tabacalera es Naturaleza urbana y la suya, elaborada en una superficie de 3,90 x 3,60 metros, refleja una «playa descompuesta» formada por el círculo de agua; un triángulo que representa la provincia de Alicante; la parte de color crudo es la «terreta» y no faltan las palmeras, su árbol preferido; un espejo redondo que refleja el sol que brilla en Alicante todo el año; un pequeño velero por su pasión por el mar; las teselas blancas hacen mención a la Costa Blanca y un rectángulo negro simboliza «el luto por la cultura que escasea en Alicante, desgraciadamente está un poco muerta, se cierran galerías y no se aprecian lo suficiente sus museos», considera el artista.

En resumen, la esencia mediterránea condensada en uno de los muros de la capital del país.

Marest no descarta emplear el trencadís en nuevos proyectos y, de hecho, ya ha tenido una oferta para realizar otra fachada similar a La Terreta en Madrid.

El alicantino, que absorbe cultura gráfica desde América hasta Centroeuropa, ha realizado múltiples exposiciones de diversa índole: customización, street art, grafiti, interiorismo, diseño gráfico, textil e industrial.

Para sus trabajos creativos utiliza desde el interior de un museo hasta la claridad de la calle, compartiendo su arte con el público en forma de pintura, escultura y fotografía.

Marest ha expuesto sus obras y pintado murales en ciudades como París, Londres, Berlín, Estambul, Madrid, Nueva York, Sao Paulo o Aalborg (Dinamarca); y ha participado en ferias de arte como ARCO, Estampa, Incubarte, ArtBogotá, Mulafest y trabajado para marcas publicitarias.

Precisamente, el artista realizará en diciembre su primera exposición en la Lonja del Pescado de Alicante, tras ser uno de los seleccionados por el jurado de la convocatoria pública.