Comienza la feria de los récords. Nunca se llenaron los tendidos de la plaza de toros de Alicante solamente con abonados a toda la feria. No se llega al cien por cien del aforo total porque la ley (no se sabe muy bien en beneficio de quién) no lo permite, ya que cada día debe salir a la venta el 5% del taquillaje del festejo de turno. Nunca tampoco estuvo Alicante tan en el centro del orbe taurino (y casi el extrataurino) como lo ha estado por la combinación Manzanares-José Tomás del día 24. El impacto de más de ocho millones de euros sobre la economía de la ciudad, la imagen proyectada al exterior también a través de las cámaras de televisión y todo el movimiento a través de redes sociales y demás medios parecen cifras astronómicas y mareantes. La empresa de Simón Casas y Nacho Lloret ha conseguido una rotundidad y una unanimidad muy difíciles en estos tiempos.

Pero la feria no es solo esa terna sanjuanera. Desde esta misma tarde comienzan los argumentos para que los numerosos espectadores que colmarán los tendidos puedan disfrutar de la maravillosa variedad que ofrece el toreo. Hoy, a partir de las 19 horas, toca su vertiente más popular, casi de papel cuché, con los hermanos Rivera Ordóñez, Francisco y Cayetano, como eje fundamental, acompañados por el seguro espectáculo en banderillas de David Fandila «El Fandi». Para el anuncio de «Paquirri» cierto es que cada vez más faltan argumentos. Ni está en su mejor momento ni ha demostrado nada desde que volvió a los ruedos. Sufrió una tremenda cornada en Huesca el 10 de agosto del pasado año que volvió a darle portadas, y sigue siendo el papel cuché el que mayores réditos le proporciona en la plaza. Solo hay que recordar la tremenda polvareda que se levantó cuando apareció toreando en un entrenamiento con su hija en brazos y que provocó tamaños disparates en Internet y otros medios. Pero todo ello le permite seguir teniendo cierto tirón innegable entre ese sector de público más bullanguero y de crónica social que también acude a la plaza.

Cayetano también anda de reaparición, más callada que la de su hermano, aunque quizá también más coherente. En la goyesca de Ronda demostró que no volvía para acompañar. Fue el 5 de septiembre pasado, y desde ahí se le ha podido ver más asentado y maduro que en su primera etapa. La feria de Fallas fue el espaldarazo definitivo, ya que cortó dos orejas a un toro de Juan Pedro Domecq tras una faena de peso, esta vez en un coso de primera categoría. Sobre la arena alicantina, aunque no ha obtenido triunfos notables, siempre se le ha esperado por esa doble faceta de torero con eco popular no exento de clase.

Quien sí ha triunfado en Alicante, y en repetidas ocasiones, es el granadino David Fandila. Rehiletero espectacular y consumado, su toreo alcanza altas cotas con el capote, aunque con la pañosa baja muchos enteros. Sin embargo, son su entrega y ambición por agradar las armas que le convierten en un triunfador, con especial apogeo en los tendidos de sol, tan dados a la euforia y el triunfalismo.

Los toros a lidiar pertenecen al hierro de Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez, de origen «domecq», muy del gusto de los toreros por las facilidades que ofrecen para el espectáculo y el triunfo. Está por ver si entre empresa, toreros, ganaderos y autoridades la presentación del ganado de hoy y del resto de festejos está acorde a la importancia de la feria.

Para mañana los argumentos que se presentan aluden más a lo taurino. Un Enrique Ponce en sazón se las verá con dos nuevos gallos: Alberto López Simón y Andrés Roca Rey, ambos con una puerta grande abierta durante el pasado San Isidro y con la hierba en la boca, esperando a asestar el golpe de efecto que les asiente en la parte alta del escalafón. Los toros llevarán el hierro de Daniel Ruiz. Mismo encaste (monotonía de la actualidad) y un viejo conocido del coso de la Plaza de España.

Poco nuevo que decir del cartel del 24. Es la tarde del «patrón oro», el cogollo de la feria y de muchas ferias. Un cheque al portador para la empresa, fruto del buen trabajo, y una oportunidad para la ciudad de estar en los titulares. José Tomás, el mito viviente, junto a un José Mari Manzanares que viene de soñar la faena de su vida en Madrid, necesaria para renacer de las dudas tras dos años sumido en la tristeza. Ante reses de Núñez del Cuvillo, tan demandadas por las figuras. Y Manolo Manzanares a caballo lidiando dos de Bohórquez. Quizá debería estar el 26 de junio en el colofón con sus compañeros jinetes, pero las exigencias y caprichos tienen estas cosas.

Para el aficionado quedará todavía la corrida de Adolfo Martín el sábado 25, ese encaste albaserrada que muestra tantos variados e interesantes matices. Dos triunfadores con este mismo hierro del 2015 vuelven. Manuel Escribano se siente cómodo con estos animales. En Sevilla colaboró al indulto de «Cobradiezmos», del primo Victorino Martín. Francisco Palazón busca ese lugar y ese día que le abra la puerta del sistema, que muchas veces se olvida de toreros de tanta calidad como él. Igual que le pasó a Paco Ureña, que completa la terna, tantos años luchando y quien, por fin, ve reconocido por público y empresariado su especial concepto del toreo. En Madrid paseó una oreja en cada una de las tardes que se anunció, que pudieron ser dos puertas grandes de haber acertado con los aceros. Ojalá el juego de los astados le permita mostrar las maneras más puras del toreo en la actualidad.

Y se cerrará esta feria de los números y los récords con otro más: el de parientes que se anuncian en un mismo cartel, ya que en el festejo de rejones la francesa Lea Vicencs lidiará reses de Bohórquez acompañando a los primos Andy y Ginés Cartagena, el primero viviendo una madurez muy juvenil, el segundo tratando de comenzar con buen pie su incipiente carrera. Primer paseíllo juntos en Alicante.

Luego quedará la novillada de José Cruz el 7 de agosto, con ese ya maduro Borja Álvarez acompañando a otros dos alicantinos de incierto pero ilusionante futuro: Adrián Velasco y Jorge Rico, que se debutan con los del castoreño. Son la semilla del futuro sembrada y salida de la Escuela Taurina de Alicante, la esperanza del porvenir que a muchos molesta y desean prohibir, pero que debe continuar como estandarte de libertad y convivencia.

Ilusión de futuro

Entretenida clase práctica ayer con alumnos de distintas escuelas, en la que destacaron el alicantino Kevin Alcolado (dos orejas) y el murciano Fran Ferrer (dos orejas y rabo), con un tercio del tendido de asistencia.