Durante los últimos años, que una producción de CulturArts -ahora ya Instituto Valenciano de Cultura- se viese en el Teatro Principal de Alicante suponía para los alicantinos pagar dos veces por ella: por un lado, con el desembolso de sus impuestos que se usaban para realizar ese montaje y, por otro, por el pago del caché que el teatro debía abonar por programarlo, procedente en un 50 por ciento de los fondos municipales, al ser el ayuntamiento propietario del teatro junto a la Fundación Sabadell.

Ahora eso va a cambiar. Lo dijo ayer el director del IVC, Abel Guarinos, al presentar en Alicante la producción La Hostalera, última función, de Carlo Goldoni, que llega este viernes al Principal en las mismas condiciones que a cualquier otro teatro de la red pública de la Comunidad Valenciana, es decir, «a coste cero y con el uno por ciento de taquilla, por cuestiones administrativas», afirmó. Y es que, destacó, «cuando producíamos en Valencia y aquí se contrataba ese mismo espectáculo, yo entendía que el ciudadano de Alicante pagaba dos veces; ahora, la producción y la distribución la pagamos entre todos».

Con esta medida, la Conselleria de Cultura se reconcilia con el teatro alicantino, con el que tiene pendiente una deuda histórica, considerada como incobrable cercana a los 200.000 euros. Retomar esta relación supone, según el director del Principal, Paco Sanguino, «una noticia tremendamente importante para mí, como hombre de teatro y como director de este teatro».

Además, apuntó, «es una manera de considerar al Principal como parte de esos teatros que son propios de la Conselleria de Cultura, como el Arniches, de manera que intentamos promover una mayor relación entre instituciones y que se considere este teatro de todos los valencianos».

En su opinión, «llegará un momento en que se recuperará el presupuesto y desde el IVC se harán producciones de gran formato y el espacio tendrá que ser el Principal». Además, «supone integrarnos en el circuito de teatro valenciano para conseguir que las producciones valencianas tengan este espacio».

Para Abel Guarinos, se trata de «hacer un cambio de paradigma en la política cultural, algo que ya ha empezado con el cambio de nombre de CulturArts a Instituto Valenciano de Cultura». De momento, «por primera vez en Alicante se va a poder ver una producción en las mismas condiciones que en Valencia». El objetivo, señaló, es «que el IVC esté en cualquier punto de la Comunidad Valenciana, ahora presentamos esto y en breve empezaremos a ensayar aquí la próxima producción que se hará en Alicante». A partir de ahora, «todas las producciones que interesen al Principal pues vendrán».

Guarinos destacó, no obstante, que «es cierto que tenemos aquí también el Teatre Arniches» y que «a partir de octubre se notará un cambio en esa sala; se había devaluado mucho y vamos a darle toda la energía que requiere». De momento, con el nombramiento de un delegado del IVC en Alicante «antes de que acabe el año», que se hará siguiendo el código de buenas prácticas, «una persona responsable y conocedora de la situación de las artes escénicas en la provincia». Esta nueva etapa para el Arniches se centrará «en la captación de públicos, no solo para la ciudad de Alicante sino también para las comarcas colindantes», además del fomento de actividades pedagógicas.

La Hostalera

«La mejor manera de recuperar la relación con la Conselleria de Cultura es con una comedia, para que pasemos de la indignación al humor», afirmó Sanguino que destacó que este gesto «es una prueba de que hay un interlocutor preocupado por que haya una relación con las comarcas del sur, algo que era inexistente en el pasado».

Esa comedia es La Hostalera, última función, con versión y dirección de Vicente Genovés, y con Vanessa Cano como protagonista. Una obra que habla «de la igualdad de género, a través de la historia de una heroína en su momento, algo extrapolable al siglo XXI», añadió Guarinos.

Son ocho intérpretes más un músico los que ponen en pie este montaje, que se verá el viernes a las 21 horas, y que después girará por los festivales de Olmedo, Alcalá de Henares y Sagunt a Escena. «Esta obra habla de la condición de la mujer en el siglo XVIII pero podría acoplarse a la actualidad», aseguró Vanessa Cano. «Habla de un conflicto social y de género, pero de una manera muy fresca y así creo que deberíamos tomarnos las cosas ahora». Además la obra rompe la cuarta pared para interaccionar con el público «y hablar de la situación laboral del mundo del teatro, donde el 95 % de profesionales están en paro».

De hecho, «hasta hace dos años yo había podido vivir de mi profesión, pero luego tuve que ponerme a trabajar de camarera por las noches... yo paso de hostalera a hostelera en el mismo día», bromeó. La actriz, que también trabajó en Canal 9 «donde había personas encargadas de censurar los guiones», se mostró optimista. «Esperemos que esto cambie; por lo menos ahora hay alguien que nos escucha».