Steven Spielberg llenó ayer de fantasía la alfombra roja de Cannes con su último estreno The BFG, un viaje a la magia y a los recuerdos de la niñez gracias al gran gigante bonachón que creó Roald Dahl. El genio estadounidense llegó de la mano de su inseparable esposa, Kate Capshaw, y se mostró especialmente atento con Ruby Barnhill, la niña de 11 años que protagoniza su película y con quien se comportó como un atento abuelo con su nieta.

«Solo busco una buena historia. Y a veces esas historias están delante de nuestras propias narices...», consideró el director sobre su nueva película.