Camilo José Cela, de cuyo nacimiento se celebra este miércoles el centenario, no sólo es recordado por su extensa obra literaria, sino también por las polémicas y anécdotas que protagonizó a lo largo de su vida.

Su personalidad temperamental le convirtió en un destacado personaje de la vida social española, lo que le hizo ganarse tantos admiradores como detractores. Algunos de los comentarios más destacados del Nobel los recogió el libro 'El coño de don Camilo y otras anécdotas inéditas', escrito por su secretario personal, Gaspar Sánchez Salas.

1. Pidió una palangana en el programa ´Buenas noches´ de TVE

El 20 de octubre de 1983, Camilo José Cela fue el invitado al programa de entrevistas 'Buenas noches', de TVE, conducido por la presentadora Mercedes Milá. La entrevista se convirtió, sin duda, en la más recordada en los dos años de historia del programa.

Ante la pregunta de "¿qué cosas han contado de usted que usted no haya hecho?", el escritor saca a relucir su supuesta "habilidad" de "absorción de un litro y medio de agua de un solo golpe por vía anal". Ante la sorpresa de la entrevistadora, sugiere que pidan una palangana para demostrarlo, con "agua que no esté demasiado fría".

"¿Que no tenga cloro, no?", sugiere Milá, ante lo que el escritor responde con sorna: "Mis papilas del gusto no las tengo en ese conducto sino en otro".

2. Pillado durmiendo en el Senado

Otra de las anécdotas más recordadas del Nobel de Literatura tuvo lugar en el Senado, en el que Camilo José Cela ocupaba un escaño por designación real. Corría el 19 de junio de 1977 y comenzaba la legislatura constituyente en la época de la Transición.

En el curso de la sesión, el presidente de la Cámara, Antonio Fontán, se había dirigido un par de veces al escritor a quien había sorprendido echando una cabezadita. Ante sus llamadas de atención, Cela acaba por despertarse.

El presidente de la Cámara Alta le afea en tono serio y autoritario:

-El senador Cela estaba dormido...

Le responde el aludido:

-No, señor presidente, no estaba dormido sino durmiendo...

El presidente Fontán pica el anzuelo:

-¿Acaso no es lo mismo estar dormido que durmiendo?

Y el Nobel le da una lección de lengua española:

-No, señor Presidente, como tampoco lo es estar jodido que jodiendo.

3. Irónica respuesta sobre el Nobel de Física

Nada más conocerse que le habían concedido el premio Nobel de Literatura, noticia del 19 de octubre de 1989, un periodista le preguntó a Camilo José Cela.

-¿Le ha sorprendido ganar el premio Nobel de Literatura?

-Muchísimo, sobre todo porque me esperaba el de Física.

4. Tiró a una periodista a la piscina

Entrevistar a Camilo José Cela no era tarea fácil. La periodista Pilar Trenas trabajaba para TVE cuando vivió el siguiente momento junto al Nobel.

La entrevistadora le pregunta:

-¿Qué actitud tomaría Camilo José Cela si de repente una señora muy imponente le dijera como a Sandokán que quería un hijo suyo?

Cela se ríe:

-¡Qué disparate! ¡Venga, hombre, venga!

Al tiempo que la empuja a la piscina.

A continuación Cela se muestra más amable:

-Ven acá que te coja, venga, no te ahogues... Ven acá, no te ahogues...

Le ayuda a la salir de la piscina.

-Sube, sube... Anda, para que hagas preguntas a la gente, anda para que hagas preguntas a la gente, anda a ver si escarmientas.

Y la vuelve a empujar a la piscina. Esta vez la periodista, con buen sentido, decide salir por el otro lado.

5. Paso a la cultura general

Cela se disponía a entrar en la sede de la RAE, de la que era académico desde 1956, cuando se topó con unas obras. Para evitar la zanja en la acera, el chófer del Nobel le sugirió entrar por una puerta trasera, a lo que el gallego se negó. De hecho, Cela insistió en que le dejaran frente a la entrada principal. No esperó a que le abrieran la puerta del Bentley y con paso firme pisó el terreno en obras y apartó la cinta de la obra a un lado.

-Pero, ¿quién se cree usted que es?- le preguntó indignado un obrero.

Cela siguió adelante con la cabeza erguida y le replicó:

-¿Yo? Cultura general... ¿Y usted?

6. Orgulloso de su barba

Cela ingresó en la RAE en 1956 apadrinado por el médico Gregorio Marañón, a quien dedica su primera novela: 'La familia de Pascual Duarte'.

Por aquellos años, además de su ya conocido carácter, Cela gastaba una muy poblada barba, que le confería un aspecto excéntrico para la época. En este contexto, un joven le abordó durante una tertulia en el Café Gijón.

-Mire usted, señor Cela, acabo de apostarme mil duros a que soy capaz de tirarle de la barba; ayúdeme a ganarlos, por favor.

Cela no perdió la compostura y apuró una última calada a su cigarrillo:

-Joven, le diré lo que gana y lo que pierde usted con esto: pierde los mil duros y se gana una patada en los cojones.

7. Gamberradas infantiles

Camilo José Cela tenía una soterrada vocación de gamberro, que le venía de su infancia. En este sentido, el escritor afirmaba haber mordido a una monja en su primer día de clase en el colegio de Saint Joseph de Cluny.

-Quizá tuviese cinco años, no lo sé, y me echaron porque mordí a la monja, ya ves, los niños pequeños muerden. A mí me apeteció morderla y la mordí, claro...

En otra ocasión, lo expulsaron del colegio de los Escolapios de Madrid por lanzar un compás al padre Cirilo, después de que este le arrojara un libro por no atender en clase.

8. Ministerio de Medio Ambiente

En 1996 José María Aznar llegó al poder y creó un Ministerio que se dedicaba en exclusiva al Medio Ambiente, con Isabel Tocino como titular. Camilo José Cela se enteró y pidió a su secretario que buscara en su agenda el número particular de Tocino. Cuando la ministra cogió, él se puso al auricular.

-Oye, ministra... Soy Camilo José Cela... Te llamo para felicitarte por tu nuevo cargo de responsabilidad. Pero mira, a ver si corregís cuanto antes el nombre de vuestro ministerio, no debe llamarse de "Medio Ambiente", o es de "Medio" o es de "Ambiente", ya que se trata de un pleonasmo... Pero vamos, esto es de cajón... Debería sonaros igual de mal que si dices "subir arriba", "bajar abajo", ¡piénsalo, ministra, y verás cómo llevo razón! Venga, ¡te lo regalo!

9. Anticipó su Nobel

Se ha contado muchas veces cómo Cela anticipó, unos 50 años antes de su concesión, que ganaría el premio Nobel de Literatura, además de prever datos de su acompañante a la ceremonia.

Se lo dijo al poeta Rafael Montesinos en una de las tertulias de escritores que celebraban en el edificio de Ríos Rosas, 54, de Madrid, donde residían en aquella época Camilo José Cela y César González-Ruano.

-Tú verás, Rafaelito, como dentro de un tiempo yo recibiré el Nobel, e iré a recogerlo acompañado de una mujer muy joven y rubia, que todavía no ha nacido.

Y la profecía se cumplió.

10. ¿Es usted Cela?

A Cela le gustaba ir a comer o tapear a El Pardo. En un programa conmemorativo en televisión, un trabajador de uno de estos restaurantes que frecuentaba cuenta cómo una señora se acercó al escritor y le preguntó:

-¿Es usted don Camilo?

-¡Qué va, hija! ¡Más quisiera yo!