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Cantar para huir del horror

El músico bañerense Jordi Francés dirige en el Teatro Real de Madrid Brundibár

Cantar para huir del horror

Terezín, ubicada a unos pocos kilómetros de Praga, fue un gueto utilizado por la propaganda nazi como «ciudad balneario» donde los reclusos judíos podían trabajar, estudiar e incluso desarrollar diversas actividades artísticas. Sin embargo, la brutal realidad era bien distinta ya que Terezín se había convertido en el paso previo a las cámaras de gas y los campos de exterminio como el de Auschwitz.

Y hasta allí, en este contexto de angustia y muerte de Terezín, fue deportado el músico Hans Krása quien compuso, tirando de memoria, reconstruyendo cuanto había trabajado antes, la ópera para ópera niños Brundibár. Y lo hizo con los más pequeños y jóvenes del campo y la ayuda de otros reclusos provenientes del mundo de las artes escénicas. Así Brundibár pasó a ser entonces una vía de escape, una burbuja con la que distanciarse de la pesadilla y el horror.

Esta ópera infantil, símbolo hoy de la resistencia cultural frente a la represión y la violencia, ha sido rescatada en una versión de Susana Gómez y bajo la dirección musical del alicantino Jordi Francés en el Teatro Real de Madrid. Un montaje que, con la Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, ha deparado excelentes críticas y una calurosa acogida. De este modo, en la nueva producción de Brundibár, Susana González humaniza los animales y acerca los niños a un mundo más próximo a su universo infantil y juvenil actual, en una propuesta escénica sencilla y tierna, llena de poesía.

«Hemos abandonado todo el dramatismo que suele llevar esta ópera por el holocausto. Se ha abandonado por ello el dramatismo y nos hemos centrado en el mensaje que queríamos transmitir. Un mensaje precioso, muy bonito, y muy adecuado al mundo en el que vivimos», explica Francés, natural de Banyeres, quien califica la dirección musical de una ópera infantil como una «experiencia fascinante». «Es un género que deberíamos fomentar más en los teatros, y utilizarlo así como una potente herramienta de educación, que despierta además la sensibilidad, la amistad y el valor de solidaridad entre los niños», agrega respecto a Brundibár.

Francés, que compagina la percusión con la dirección musical, es titulado en la Hogeschool Zuyd. Obtuvo su postgraduado en dirección de repertorio contemporáneo en el «Conservatorio della Svizzera Italiana» de Suiza y ha sido premiado en varios concursos internacionales de dirección. Ha estrenado más de 40 obras y trabajado con prestigiosos compositores. Y, pese a su juventud, ha trabajado con la BBC Philarmonic, Ensemble Intercontemporain, Lucerne Festival Academy Orchestra o la Orquesta de Radiotelevisión Española, entre otras muchas, y ahora asume con felicidad esta apasionante direccción musical de Brundibár en uno de los escenarios más reconocidos del mundo como el Teatro Real de Madrid. «En cuanto a la instrumentalización, utilizamos la original que se compuso en la ópera, a diferencia del apartado escénico donde se ha realizado una versión traducida», explica Francés, que también ha trabajado en otro gran escenario como el Liceo de Barcelona.

«Poner en marcha todo este espectáculo de Brundibár ha sido algo muy especial. Una experiencia artística interesante, pero sobre todo humana», concluye Francés sobre esta ópera que se completa además con una exposición en el Teatro Real.

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