Cuatro siglos después de la muerte de Miguel de Cervantes los tailandeses podrán conocer, en su idioma, el final de su obra maestra El Quijote, cuya segunda parte en tailandés está previsto que se ponga en venta este año.

Tras años de trabajo, la profesora Swangwan Traicharoenwiwat, doctorada por la Universidad de Alicante (UA) y quien ya tradujo a su lengua el primer tomo -El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, publicado en tai 2005- pudo completar la más conocida de las obras cervantinas.

«En la vida hay que tener un proyecto y el mío es traducir la obra magna de Cervantes. Es impensable traducir la primera parte sin la segunda. Aunque es un trabajo muy arduo, me ha dado mucho placer traducir las palabras de Cervantes», apuntó Swangwan.

La tailandesa reconoce que este segundo trabajo -El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha- le ha resultado un «poco más sencillo, pero no fácil» tras las decisiones tomadas con el primer libro.

Para trasladar el castellano de la época cervantina al tailandés, Swangwan optó por retroceder al habla local de finales del siglo XIX e inicios del XX.

«El tailandés de hace 400 años no es entendible en la actualidad. No tendría sentido (traducir la obra) porque no sería legible (...) Con lo cual elegí una época lo suficiente antigua, pero entendible», comenta la profesora de la Universidad de Ramkhamhaeng, en Bangkok.

«Cada fragmento, cada frase e incluso algunas palabras causan pesadillas para encontrar el término adecuado teniendo en cuenta la distancia entre las dos lenguas y las dos culturas (...) No pretendo crear un quijote en ambiente de Tailandia. Sino llevar al lector al ambiente del autor, pero con texto en tailandés», sostiene.

La segunda parte de la novela verá la luz como pronto «a finales de año», según anunció el editor Makut Oradee, uno de los grandes apoyos de Swangwan durante los trabajos de traducción.

Entre las futuras labores de quien puede ser considerada como la tailandesa más cervantina se encuentran la traducción de las Novelas ejemplares y los Entremeses . Swangwan, cuya tesis para el doctorado se centró en los problemas para traducir El Quijote, agradece al «tesoro de las bibliotecas públicas» en España el apoyo prestado durante las labores de interpretación del segundo tomo del libro que en gran parte coincidió con su estancia en la península ibérica.