Será la 59 edición, pero debería ser la 61. Y es que el Concurso de Cuentos Gabriel Miró, uno de los premios literarios más antiguos de España, se convocó por última vez en octubre de 2013. Dos años de parón, propiciados por la nueva configuración de la Obra Social CAM convertida en Fundación Caja Mediterráneo, llevaron a la incertidumbre por su posible desaparición. Pero el «Gabriel Miró» renace de sus cenizas. Aunque lo hace con otra cara.

Este galardón mantiene prácticamente invariables sus bases para los candidatos, pero introduce dos novedades especialmente destacables. La cita pasa de ser anual a ser bienal y la dotación baja de 6.000 a 4.000, para el primer premio, y de 3.000 a 2.000, para el segundo. Los dos años de «tregua» han servido para replantearse la periodicidad de la convocatoria que desde su nacimiento en 1955, con el objetivo de recordar al autor alicantino, siempre ha acudido a su cita cada año.

Esta medida afectará de la misma manera al Premio Gabriel Sijé de novela corta, que también se convocó por última vez en 20013 y pasará a hacerse cada dos años. Con esta nueva periodicidad, la Fundación Caja Mediterráneo alternará ambos galardones de manera que cada año entregue un premio literario, según Manuel de Barros, patrono de la entidad, que presentó el certamen en la sala que alberga el despacho de Gabriel Miró en la biblioteca que lleva su nombre.

Sobre la reducción de la dotación, destacó que «nos hemos ajustado a los nuevos tiempos», aunque, «sigue siendo de las más elevadas» para su género. Además, «no se trata solo del premio en metálico sino del prestigio internacional que tiene este certamen».

También cambia el jurado. En años anteriores, fue el catedrático de Literatura, ensayista y escritor Andrés Amorós quien presidió este organismo. En esta nueva etapa esa función recae en Joaquín Santo Matas, licenciado en Historia, comisario de exposiciones, promotor cultural, exdirector del Instituto Gil-Albert y autor de varios libros. Le acompañarán José Ferrándiz Lozano, doctor en Ciencias Políticas y director del Gil-Albert; Mariano Sánchez Soler, escritor y periodista, y Manuel Benítez Bolorinos, profesor de Historia en la UA y escritor, además de José Luis Ferris, escritor y exdirector del Gil-Albert, y Francisco Javier Díez de Revenga, catedrático de Literatura y académico de la Real Academia de la Historia, que ya han sido miembros del jurado.

Con la adaptación a los nuevos tiempos, la difusión de las bases se centrará de manera destacada en las plataformas literarias en internet y las obras se enviarán en pdf por mail, junto a una plica digital que quedará custodiada por la Fundación Caja Mediterráneo.

«Para mí es un honor que la fundación haya pensado en mí para presidir este jurado», manifestó Santo Matas. «Desde mi juventud he participado de forma activa en la recuperación de la figura de Miró, tanto en el homenaje por el centenario de su nacimiento, como en el 75 aniversario de su muerte».

Para De Barros, «este premio marca el compromiso que tiene la Fundación Caja Mediterráneo para el fomento de todas las expresiones culturales porque sabemos que el tema cultural es el centro de nuestro futuro».

Y dentro de ese compromiso, destacó que «con este premio regeneramos la memoria de Gabriel Miró y no pensamos que es solo una palabra sino que detrás de este escritor hay mucho y aquí tenemos el despacho y la librería que él manejó hasta que murió en 1930». Por eso, «lo que queremos es hacer algo para que la gente visite este despacho y sepa que existe, que está aquí y que es de todos los alicantinos; algo vamos a hacer para que se pueda visitar este despacho porque la gente tiene que venir aquí».

En este sentido, hizo hincapié en que «queremos que la gente sepa que aunque no tengamos una caja de ahorros, tenemos una fundación cultural y esperamos que también social porque hay que empezar a ayudar a la gente». Y recordó que antes «había un presupuesto de 60 o 70 millones de euros, pero eso pasó y ahora tenemos que buscar patrocinadores, tenemos que buscar ingresos». Por eso, apuntó, «estamos viendo todo lo que tenemos para ver si lo ponemos a andar otra vez, pero es muy complicado».

El plazo para presentar las obras estará abierto hasta el 31 de mayo. El fallo se dará a conocer sobre el mes de diciembre -y esto es otra novedad- en la web de la Fundación Caja Mediterráneo. Las expectativas del retorno son grandes. «En la última edición se presentaron más de 3.000... y esperamos que se mantenga».

JULIO ANTONIO SOLER