Manolo Tena, el «Joe Cocker español», creía que también superaría el cáncer que le costó ayer la vida y que si había «renacido» de sus cenizas tantas veces en sus 64 años también podría ahora: «Fue hasta el final un superviviente, un ser de luz que hizo lo que quiso», asegura su hermano Rafa. Tena fue diagnosticado de «hígado graso» y se trataba con remedios naturales porque «no quería ni oír» de hospitales o médicos así que cuando los dolores le obligaron a claudicar «le ingresaron de inmediato porque tenía un cáncer de hígado con metástasis», explica su hermano.

Esto ocurría hace tres semanas, pero se empeñó en cumplir su compromiso de actuar en el Auditorio Teobaldo Power de Santa Cruz de Tenerife el pasado 19 de marzo, el que ya es su último concierto. «Tuvo que cantar sentado porque ya le faltaban las fuerzas. Volvió a Madrid y ya casi desde el avión se fue al hospital y le ingresaron. En estos últimos días había perdido muchísimo peso pero él estaba convencido de que lo iba a superar», relata Rafa Tena.

Su hermano está «muy enfadado» con el que era el productor del artista cuando sacó en 1992 Sangre española, un disco del que se vendieron, dice, «cientos de miles de ejemplares» y del que él «jamás vio ni un solo duro». «Mi hermano firmó la cesión de sus derechos a ese señor en pleno síndrome de abstinencia de la heroína. Estoy decidido a entablar una batalla legal contra él porque se aprovechó de su debilidad y ha dejado a su niña, de la que soy albacea, en la ruina», relata.

Además, generó una deuda con la Seguridad Social -de unos 200.000 euros, según fuentes conocedoras del caso- por la que se le han estado embargando sus dietas por asistencia a la Junta Directiva de la SGAE, de la que era miembro, afirma. «Vivía con muy pocos recursos, pero era un superviviente y hubiera querido que lucháramos por lo suyo, por los derechos de su hija, y todo el mundo está volcado con eso. Esto lo vamos a sacar adelante», advierte su familiar, también productor de su último disco.

Honestidad poética

Y es que la triste pero a la vez celebrada quinta del rock español que le puso honestidad emocional y verbo poético a los 80 tiene en Manolo Tena un nuevo nombre que llorar, tras una vida aciaga de éxito y «fondos muy raros», a la que se aferró para caminar unos cuantos pasos más que algunos compañeros de fatigas.

Antonio Vega, Antonio Flores, Enrique Urquijo, Juan de la Rosa... «Son compañeros de un viaje que solo ellos y yo entendemos», relataba el músico en su última entrevista con Efe, en la que se refería a ellos como «vencedores» y en la que constataba cómo, tras pasarlo muy mal y llegar incluso a la indigencia, había decidido aferrarse a la vida y volver a disfrutar de cada suspiro».

«No dormí en la calle porque mi familia no me dejó», reconocía Tena, que encontró en su familia, en sus padres y en su hija, pero también en su hermano Rafa, un motor para continuar. «Me hizo creer en mí a pesar de mí», decía. También le debía su supervivencia a la poesía. «En mis peores momentos, lo que me ha salvado ha sido escribir».

En aquel último encuentro renqueaba al caminar y hablaba quedo y despacio, pero lúcido ante todo. Acababa de publicar el que se ha convertido en su epitafio musical, Casualidades (2015), aunque no pretendiera serlo, como demuestra que uno de sus temas se llamara La vida por delante, escrito desde un centro de rehabilitación en Cuba.

Se lanzó a la par que un documental que ahora resulta aún más revelador y cuyo propósito era arrojar algo de luz y redención a su biografía. «En todo juicio tiene que haber un fiscal, un juez y un abogado defensor», argumentaba.

Miembro del grupo Cucharada a finales de los 80 y del grupo Alarma!!! después, entre 1983 y 1986, Tena tocó la gloria en solitario especialmente con el disco Sangre española (1992), que incluía el éxito del mismo nombre o el también celebradísimo y ubicuo Tocar madera. Con él, llegó a vender más de medio millón de copias, quizás un subidón difícil de asimilar para un miliciano del rock que reconocía sus problemas de confianza.

Un gran artista

«Hoy hace más frío. Descansa en paz, Manolito», escribía ayer el célebre productor y exintegrante de Tequila Alejo Stivel, quien también colaboró con Tena. En su misma dirección, la banda murciana M-Clan destacaba: «Voz cálida, noche fría», en alusión a la canción Frío, una de las más emotivas de la carrera del fallecido.

Los que fueran sus compañeros en el programa de televisión A mi manera de La Sexta, también se pronunciaron. Así, Antonio Carmona afirmó quedarse con sus conversaciones, su voz y sus mejores momentos de amistad: «Siempre conmigo... Buen viaje».

Mikel Erentxum se quedó «sin palabras», mientras que para Sole Gimenez «el día se ha vuelto noche... se ha ido Manolo Tena». Nacho García Vega, por su parte, mandó su recuerdo a este «gran autor, gran cantante y, como he comprobado recientemente, un tipo estupendo. Buen viaje».

El cantautor y poeta Joaquín Lera, amigo desde hace 40 años de Tena, explicó que hace un mes estuvo en su estudio con Álvaro Urquijo para interpretar un tema para un disco suyo «y estuvo enorme, cantó como nunca», recuerda. «Era uno de los grandes artistas de este país y estaba muy centrado en cuidarse... Estaba contentísimo con poder llevar a su hija, Manuela, al colegio...».

El productor, músico y compositor Óscar Claros, otro de sus grandes amigos, explica que Tena estaba viviendo «un momento muy bonito, muy especial» después de una etapa «terriblemente oscura».