Los Reyes Felipe VI y Letizia, sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y la reina Sofía asistieron ayer a la misa del Domingo de Resurrección en la catedral de Palma, como es tradición durante la estancia de la familia real en Mallorca por las vacaciones de Semana Santa. Es el segundo año que don Felipe y doña Letizia asisten como Reyes a esta misa, a la que acudían en ocasiones anteriores como Príncipes de Asturias.

Alrededor de un millar de personas, entre turistas y curiosos, se congregaron a las puertas de la seo mallorquina para ver a los Reyes, que llegaron sobre las 12.00 del mediodía, hora de inicio del acto religioso.

Al igual que el año pasado, el Rey llegó conduciendo su propio vehículo, acompañado de la Reina Letizia, sus hijas y la reina Sofía, resguardados por varios coches de seguridad.

El obispo de Mallorca, Javier Salinas, los miembros del cabildo catedralicio y acólitos dieron la bienvenida a la familia real a su llegada a la catedral, donde se notó la ausencia de representantes del Gobierno balear, conformado por socialistas y econacionalistas, con el apoyo de Podemos.

Los Reyes y sus hijas posaron unos minutos para los fotógrafos y cámaras antes de entrar a la misa y saludaron al público, que les aplaudió a su entrada. La Reina Letizia vestía unos pantalones negros y una blusa marinera, que combinó con un abrigo y bolso fucsias, mientras la reina Sofía eligió un abrigo de flores en tonos verde y morado. El Rey Felipe llevaba un traje azul claro, y sus hijas, pantalones y rebecas en tonos pastel.

Como el año pasado, no han estado presentes ni don Juan Carlos ni la infanta Elena (asistieron por última vez en 2014), ni doña Cristina, que está siendo procesada en el juicio del «caso Nóos» y no asiste desde 2011. Su marido, Iñaki Urdangarin, no participa en esta ceremonia desde la Semana Santa de 2005.