Enumerar los montajes que ha dirigido sería tan largo como inabarcable en una larga trayectoria en la que dirigió el Centro Dramático Nacional durante cinco años (1989-1994). Se mueve con soltura entre los clásicos, como ahora con Medea, pero también entre textos más contemporáneos. Y a eso hay que añadir sus incursiones en el mundo de la música, incluyendo varias óperas.

Primero fue Fedra (2007), luego Electra (2012) y ahora Medea. Usted siempre pone trágica a Ana Belén...

Bueno, a veces sí, aunque hemos hecho muchas más cosas en teatro juntos. Lo que ocurre es que por parte del Festival de Teatro Clásico de Mérida ha habido un intento de unificar con Ana Belén las tres imágenes tan profundas y esenciales que unen tres tipos de mujer desde el punto de vista clásico. Además es un orgullo y un honor trabajar con ella.

Y se une como autor de la dramaturgia Vicente Molina Foix, con el que ya ha trabajado en bastantes ocasiones.

Sí, hemos trabajado juntos muchas veces. Vicente es un genio total, es un gran autor teatral en estos momentos en España y además es un poeta. Esto es trabajar con los mejores.

El escritor ilicitano dice que con su texto intenta comprender y entender desde el punto de vista contemporáneo la acción de esta mujer.

Vicente realmente ha hecho una obra de teatro nueva. Es una dramaturgia nueva, que contrapone el mundo ancestral, el de la pasión, de todo lo que es arcano, con un mundo en el que la razón está empezando a tomar parte activa en la vida del ser humano. Esa contraposición estalla cuando se produce una traición, entonces tenemos que entender de dónde viene Medea, por eso ha utilizado textos de Apolonio de Rodas, para llegar no a perdonar, pero sí a entender bien cómo un ser humano puede llegar a romper la propia esencia de sí misma que es la maternidad.

Según sus palabras, «Medea rompe el equilibro que los valores occidentales plantean entre el mundo femenino y el masculino». ¿A qué equilibrio se refiere?

Medea ha hecho una acción en su momento de intentar ocupar lo que es la capacidad decisoria del hombre, que le había sido negada como mujer. Ella interviene en la vida de una forma activa y decantarse por esa opción arriesgada de abandonar su tierra y seguir al hombre que ama, y tomar la decisión de que por encima de todo está su pasión y su deseo. Eso es correspondido con una traición por un pacto de Estado. Ella no acepta esto y la que toma la decisión es ella. Es algo muy contemporáneo.

Hoy nos seguimos enfrentando a tensiones, guerras, venganzas y mujeres humilladas en conflictos o en el tema de los refugiados.

Exactamente. El hombre sigue tomando las decisiones, es el activo decisorio y el que ejecuta, y llega un momento en el que la mujer para esto y quiere decidir. Y creo que está llegando ese momento y los que estamos en la parte masculina vamos a tener que mostrar una gran sensibilidad para darnos cuenta de que la situación no puede seguir así.

¿Entonces no aprendemos de la historia?

No aprendemos nada. Yo creo que la historia de la humanidad está basada en un progreso muy lento, pero claro, es que cuesta tanto cualquier tipo de paso adelante que hay millones de personas que se dejan la piel en ese pequeño paso. Pero hay que ser optimistas porque la humanidad va avanzando.

¿Gozan de buena salud los clásicos?

Sí, sí. No hay más que verlo Cualquier tipo de clásico que se monta barre en las taquillas. Muchas veces son clásicos solo por el nombre porque hay muchas compañías que lo hacen mal o utilizan el nombre y eso no es justo, si no lo son hay que cambiarles el nombre. Precisamente los clásicos son clásicos porque están vigentes. Un clásico todavía tiene vigencia en el comportamiento del ser humano actual si no, sería una pieza de museo muerta.

¿Y el teatro, ha salido de la UCI o está a la espera como todo el país de que haya nuevo gobierno?

El teatro no saldrá jamas de la UCI, siempre está en crisis. Pero estamos viviendo algo tan terrible y tan desconcertante como es que no se pueda forma un gobierno para intentar cortar de raíz cortar de raíz esta corrupción que ha quitado la sanidad, la enseñanza, el dinero para los dependientes... que es algo terrible. Visto desde fuera, es tal el escándalo que la gente siga votando al partido que ha destrozado todo que no se puede entender. Y el teatro está igual de escandalizado que la sociedad. Me gustaría dirigirme a un votante del PP y decirlo: por el amor de Dios, ¿qué está usted haciendo? Probablemente tiene que ver con ese mundo del misterio y la superstición de la iglesia Católica que es un peso que no se quita de encima en este país y que hace que vivas siempre en el miedo, en el pecado.

De momento a usted trabajo no le falta. Ahora está preparando con Héctor Alterio el montaje teatral El padre. Supongo que será un placer trabajar con este gran actor tan sabio y tan bueno como él.

Yo me levanto todas las mañanas y digo: no me lo creo. Pasar de las manos de Ana Belén a las de Héctor es una suerte. No quiero decirlo mucho en voz alta por si esto cambio. Estrenamos el 20 de abril en Avilés, luego hacemos una pequeña gira y paramos en Madrid.