Aunque la música «siempre había sido importante» en la vida de la actriz ilicitana Carolina Cerezuela, es ahora cuando en ella ha encontrado «una necesidad» más fuerte incluso que la de la interpretación, gracias al cantautor Jaime Anglada, con el que acaba de abrir «una nueva etapa» como dúo artístico.

«No sé si quiero compaginar esta nueva faceta con la de ser actriz. Igual a partir de ahora mi elección es la música, porque sé que no es un capricho, es una necesidad», dice la artista, que no tiene «la pretensión de ser cantante, solo la de interpretar las canciones para llevar a la gente al mismo sitio» al que la llevan a ella.

Manzana de caramelo (Sony Music), que se publica hoy, supone su debut discográfico, no así el de Anglada, que lleva grabados nueve discos. Fue una canción con propósito benéfico escrita para Cerezuela, lo que hizo coincidir sus caminos y que descubrieran una conexión que merecía la pena llevar más lejos, preparando nuevos temas y «reconstruyendo» viejas composiciones que esperaban su momento para salir de los cajones de Anglada. «Encontrarme a Carolina ha sido un regalo, porque me hace escribir de una manera diferente, ya que estoy acostumbrado a hacerlo desde una objetividad subjetiva, siempre desde mí mismo. Me ha llenado de vida y de una energía muy positiva», apunta el músico, que destaca que la capacidad interpretativa de su compañera le ha permitido incluso entender mejor sus propias canciones.

«Nos dicen a menudo que no nos habíamos preocupado mucho del nombre: Anglada-Cerezuela, pero es que no queremos nada que sea pretencionso, sino ser espontáneos, naturales como una guitarra y dos voces, y eso es Manzana de caramelo», explica.