Juan Vidal presentó ayer en Madrid una mujer, Linda, que sin duda dará mucho que hablar. Cuando conocí hace años a Juan, con su inseparable madre fantástica (Gracia) y una historia familiar de Elda, donde siempre la sastrería ha ido unida a su vida, tenía clarísimo que Juan iba, como es, a ser un grande de la moda de nuestro país en el mundo. Y ya no te cuento cuando vi sus primeros desfiles, conocí a su querida Elena (estupenda «press manager» que lo lleva en palmitas) y su apuesta por ser un rebelde creativo en su manera de hacer las cosas.

La esencia de Juan estriba en hacer lo que le apetece siempre, pero con tanta capacidad técnica, destreza estética y diálogo con las texturas, los colores y las mujeres, que da gusto. Su genialidad es una dosis de buen rollo en la aletargada moda desde hace años, y ni te cuento en Alicante, donde es difícil que salgan adelante los talentos que se salen del «marco».

Ayer en las gradas de su desfile estaba Berta Vázquez, la bella mujer que ha conquistado el corazón del ansiado Mario Casas, que encima vivía en nuestra tierra y hoy es ya la actriz de moda. Y también Paco Sáez, uno de los dos Goyas de este año en el cine alicantino y de San Miguel de Salinas.

Y ambos han podido disfrutar junto a la prensa española de una gran dosis de sensualidad inspirada en esas cintas de Brian de Palma con «Vestida para Matar» o en una ninfa sexual y sensual de colores noche y brillos metálicos glam, transparencias y encajes, cuajados de sensualidad, texturas de lanas y, de repente, la irrupción de unos imponentes «plumas» sobre esos vestidos ligeros y sensualmente velados sobre las pieles desnudas... Linda Lovelace, actriz porno que da título a la colección, nunca habría ido más feliz que con esta colección divina que ha bordado Juan Vidal.

Las botas, divinas botas, también guardaban ese toque oscuro, sexy y fetichista, en una piel negra y castrense, de fuerza visual evidente. Una gran aportación de la también empresa alicantina para el mundo, Cuple. Y desde luego eran destacables totalmente unos imponentes abrigos tipo gabán con sus tonos, su paño de lana increíble y su cálida hechura (la caída sobre las siluetas en la pasarela era una imagen que impactó de inicio).

La música, una verdadera «pasada» porque el público estaba entregado, y más con la irrupción de gritos orgásmicos en la mezcla house del temazo central. Un Juan Vidal nuevo, evolucionado en su carrera y arriesgado, muy contemporáneo y sin concesiones a la «galería». Como los buenos artistas, pisando fuerte y tirando de concepto sin pausa.

También otros alicantinos destacaron ayer, como el triunfo de la modelo Cristina Stoico, cerrando anoche la segunda jornada de la mano de Ion Fiz, otro icono para el futuro, otra imagen para no olvidar. Enfundada en un traje chocolate inspirado en Lindt, cerró de la mano del diseñador a golpe de aplausos de público y prensa que ya ven en ella un futuro evidente, que consolidará esta semana en Londres. Y qué decir de las joyas de Beatriz Milleiro, que competían con las miradas hacia escotes y cuellos de divinidades, o de una chica sensacional, Alejandra, la bloguera que ha ganado el concurso nacional de Café Jurado y que ayer batió récords en las caldeadas redes sociales.