La película La novia, de Paula Ortiz, es la cinta que aspira este sábado, con 12 nominaciones, a más galardones en los Premios GoyaPremios Goya, que cumple su 30 edición, seguida por Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet, que competirá en nueve categorías. Por detrás se sitúan El desconocido y Un día perfecto, que aglutinan ocho nominaciones cada una, seguidas por A cambio de nada y Truman, con seis, y Palmeras en la nieve, que aspira a cinco galardones.

La gala de la 30 edición de los premios más importantes del cine español se celebrará hoy en el Centro de Convenciones y Congresos Príncipe Felipe de Madrid y contará con la presencia, entre otros, de personalidades internacionales como los actores Tim Robbins, Juliette Binoche o Ricardo Darín, nominados a sendos premios, así como del escritor Mario Vargas Llosa, quien entregará el galardón al Mejor Guión Original.

La ceremonia de entrega de los premios será presentada por segundo año consecutivo por el actor Dani Rovira, protagonista de Ocho apellidos catalanes. El veterano director y guionista Mariano Ozores recibirá el Goya de Honor en homenaje a su larga trayectoria cinematográfica.

Entre las personas que han confirmado su asistencia destacan el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Los Reyes Felipe y Letizia, en cambio, no asistirán a la gala. Asimismo, también estarán el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; y la directora del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audivisuales (ICAA), Lorena González Olivares.

A ellos se une la presencia del presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López; así como de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; o del conseller de Cultura de la Generalitat Valenciana, Vicent Marzà,

Como novedad, la gala contará por primera vez en el patio de butacas con cuatro premios Óscar: los nominados Juliette Binoche (El paciente inglés), Tim Robbins (Mystic River) y Penélope Cruz (Vicky Cristina Barcelona), y Javier Bardem (No es país para viejos).

La Academia de las artes y las ciencias cinematográficas de España celebra tres décadas marcadas por pequeñas anécdotas como las primeras estatuillas desmontables, los niños precoces premiados que ya no podrá repetirse o algunas galas marcadas por la polémica y las reivindicaciones políticas.

Tres décadas de historia

La historia de este premio comienza por el nombre elegido, que buscaba ser corto y semejante a los de los Oscar o César que existían en Estados Unidos y Francia. Los académicos debatieron en asamblea sobre la conveniencia de elegir el nombre del pintor aragonés con el impulso del director artístico Ramiro Gómez, quien recordó el concepto pictórico de Goya «cercano al cine».

La primera edición de los Goya tuvo lugar en el año 1987 con un claro ganador, Fernando Fernán Gómez y su película El viaje a ninguna parte -mejor película, dirección y guion-. Se dio además la casualidad de que el actor fue premiado en esta misma edición por su trabajo en Mambrú se fue a la guerra.

En esta edición, la primera estatuilla que se entregó -pesaba casi quince quilos- fue encargada al escultor Miguel Ortiz Berrocal y se trataba de una obra desmontable que combinaba el busto del pintor Francisco de Goya con una cámara cinematográfica.

Años después, se encargó al escultor José Luis Fernández una nueva estatuilla con un busto en bronce, más pequeño, que representa al pintor. Esta escultura, que pesa casi tres kilos, es la oficial desde 1990.

Javier Bardem es el actor más galardonado, con cinco premios Goya, y Verónica Forqué y Carmen Maura, con cuatro, en el apartado femenino, mientras que la película más premiada continúa siendo Mar Adentro de Alejandro Amenábar, con 14 estatuillas.

En el año 2011, con Enrique González Macho en la presidencia, se dieron a conocer nuevas bases para optar a los premios, entre las que se incluía la prohibición de participar en interpretación aquellos actores que no hayan cumplido 16 años.

Las galas han puesto también en la picota al gremio cinematográfico por sus reivindicaciones. Una de las primeras fue José Luis Borau, quien en 1998 se pintó las manos de blanco en repulsa ante el asesinato del concejal sevillano del PP, Alberto Jiménez Becerril, y su esposa.

La gala más sonada fue la del año 2003, donde se puso de manifiesto el divorcio entre el mundo del cine y el Gobierno en ese momento, de José María Aznar con el «No a la guerra». En 1995, José Luis Rodríguez Zapatero fue el primer presidente del Gobierno que acudía a la gala.