Juan Mayorga, Paco Bezerra, Laila Ripoll y Mariano Llorente o Alberto Conejero son algunos de los nombres de autores más destacados del teatro que se hace en estos momentos en España y el Teatro Principal de Alicante inicia su nueva andadura con obras que llevan la firma de los citados. nueva andadura El primero de los títulos llega este viernes bajo el título de Reikiavik, obra de Juan Mayorga, el autor español más traducido internacionalmente, premio Nacional de Teatro y de Literatura Dramática con 5 premios MAX, que presenta una obra sobre el ajedrez y la Guerra Fría.

«Hemos cambiado de ciclo y hay una mayor presencia de teatro de autor», afirmó ayer el director del coliseo alicantino, Paco Sanguino, que presentó oficialmente la temporada de primavera de febrero a junio aprobada el pasado 21 de diciembre por la junta general del Teatro Principal de Alicante, propiedad del Ayuntamiento de Alicante y del Banco Sabadell. La temporada se presentó con el nuevo catálogo, que cambia su imagen con un dibujo de Rafael Guillén en la portada, del que se han distribuido 100.000 ejemplares, 90.000 en castellano y 10.000 en valenciano.

En esta nueva temporada, elaborada ya íntegramente por Sanguino, hay 30 espectáculos de artes escénicas puras, donde el teatro tiene un peso mayor, con 20 obras, 4 conciertos de música, 3 de danza y 2 de ópera. Para el verano, entre julio y septiembre, se deja la temporada Off en la que se programarán espectáculos «más populares», apuntó Sanguino, como monólogos, magia o comedias musicales, en coincidencia con la temporada alta turística de la ciudad.

El concejal de Cultura, Daniel Simón, destacó que la oferta presentada ayer suma 31 premios MAX y se trata de «un buen principio, una programación a la altura de lo que esperábamos, un proyecto serio que tiene mucho de apuesta y es lo que Alicante necesita».

El director regional del Sabadell en Alicante, Ramón Satorra, expresó su compromiso con el teatro alicantino para que siga siendo «un referente cultural de la ciudad y la provincia» y tras desear «éxito» a la nueva dirección, confió en que «el público nos acompañe».

Tanto Simón como Sanguino lamentaron la desaparición del Teatro del Mediterráneo en el Aula de Cultura y consideraron que su marcha supone «un plus de responsabilidad para cubrir esos huecos». Simón añadió que no se ha incluido en el catálogo el festival Abril en Danza que se extiende este año también al Principal, mientras que Sanguino apuntó que aumentan las obras de teatro «valenciano y en lengua catalana», que pasan de dos al año a cuatro en esta temporada -Cul Kombat, Vània, Marits i Mullers y La hostalera, en ambas lenguas-.

El director desgranó la programación en la que destacó obras de la temporada pasada que no pasaron por Alicante, como Cuando deje de llover, obra revelación de los últimos premios MAX con «varios galardones y críticas excelentes»; El triángulo azul, de Ripoll y Llorente, Premio Nacional de Literatura Dramática de 2015, una obra sobre la memoria histórica que se acompañará de una exposición y una charla en la misma mañana de la función; o La piedra oscura, de Alberto Conejero, Premio Ceres 2015 al mejor autor teatral, «el gran bombazo de la temporada pasada», del Centro Dramático Nacional.

De la temporada actual, Sanguino se mostró especialmente satisfecho de contar con Medea, obra del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, «hemos hecho un gran esfuerzo para que esté en Alicante, que merece estas producciones», con dramaturgia de Molina Foix, dirección de José Carlos Plaza y protagonizada por Ana Belén; El rey, del teatro del Barrio, «el mejor teatro de vinculación social de los últimos 15 años liderado por Alberto San Juan»; Pequeño Poni, de Paco Bezerra, «otro autor español de reconocido prestigio»; o Ninette y un señor de Murcia, de Mihura, una «diversión clásica» dirigida al «público fiel del teatro, muy formado; que no se conforma con cualquier cosa».

El IV Centenario de Cervantes se celebrará con Rinconete y Cortadillo, donde Alberto Conejero interpreta lo que les habría pasado a sus protagonistas décadas después de la obra de Cervantes, y con los Misterios del Quijote, de Rafael Álvarez El Brujo.

La ópera se mantiene con dos títulos (La Bohème y Rigoletto) «para responder a la demanda del público, que llena el teatro» y de danza destacó la última pieza de Asun Noales, Clandestino, y el Víctor Ullate Ballet, con Bolero.