Plácido Domingo cumplió ayer 75 años y lo celebró como más le gusta, en un escenario, con la misma pasión y entusiasmo por la ópera que cuando empezó hace ya 59 años; toda una vida dedicada a un espectáculo, el lírico, que según reconoce es caro pero logra aguantar el pulso pese a la crisis económica. Domingo confiesa que no puede concebir la vida sin la música en general y la ópera en particular, y se define como un defensor «a capa y espada» de la zarzuela, un género que considera «grande» dentro de la música española. «Tengo más años pero mantengo la misma pasión y el entusiasmo por la ópera», señala.