«Con toda la tristeza del mundo, tenemos que dejarlo», señala Ángel Sánchez, uno de los socios de la productora Butaca de Patio, junto a los alicantinos Juanjo Llorens y José Ángel García, que el pasado 3 de octubre devolvieron la actividad teatral al Aula de Cultura de Alicante tras dos años en blanco bajo el nombre de Teatro del Mediterráneo.
Cuatro meses ha durado la aventura, ya que las dificultades económicas para hacer frente a una programación de calidad sin recibir ningún tipo de ayuda hacen «imposible» la continuidad de la programación escénica y el próximo 31 de enero ofrecerán su última función.
«Hemos hecho cuentas por arriba y por abajo y no hay manera. Hemos invertido mucho, no cubrimos gastos y acumulamos pérdidas. Aunque hemos tenido un índice de ocupación bastante aceptable, que para un teatro público sería rentable, para una iniciativa privada al cien por cien como la nuestra se hace imposible», apunta Sánchez, que aclara que la relación con la Fundación Caja Mediterráneo, propietaria del Aula de Cultura, ha sido buena e incluso «dentro de sus posibilidades se ofrecieron a renunciar al 10 por ciento de la taquilla, pero eso solo no era suficiente, necesitábamos más ayuda».
«En ningún momento nos sentimos engañados por la Fundación, que nos dijo las condiciones que había. Hubiese sido estupendo tener más ayuda económica, pero no ha podido ser», indica el responsable, que añade que también buscaron aportaciones externas sin éxito, salvo pequeñas colaboraciones con el hotel Meliá y Aguas de Alicante, que no dejaban de ser «gotas en el océano» y donde un IVA cultural del 21% tampoco ha ayudado.
A lo largo de estos cuatro meses, hasta el 31 de enero, el Teatro del Mediterráneo habrá ofrecido 34 propuestas de artes escénicas con teatro, danza, humor, magia, música y espectáculos familiares. Una oferta de pequeño y mediano formato con el marchamo de calidad que es frecuente en circuitos de Madrid o Barcelona.
De la afluencia de espectadores no tiene queja la empresa que gestionaba el espacio, aunque la ciudad tampoco ha respondido con llenos en cada función para que la programación resultara rentable. «La respuesta del público ha sido bastante aceptable, muy buena en algunos espectáculos, como el primero de Alberto San Juan o el reciente de Ángel Martín y Ricardo Castella o Moncho Borrajo, aunque en otros pensábamos que iría más gente -señala Sánchez-. Pero hemos traído muchas cosas interesantes y cuando ha asistido el público ha sido maravilloso».
No obstante, los responsbales de Butaca de Patio se van contentos de haber «encendido una llama en el Aula de Cultura» porque «a pesar de tener una duración corta, el Teatro del Mediterráneo ha tenido una relevancia teatral importante en la ciudad y se ha creado una masa de espectadores», tras indicar los productores que no descartan realizar futuras colaboraciones con la Fundación Caja Mediterráneo.
La fundación, por su parte, lamenta la marcha de la empresa que ha programado hasta ahora «porque estábamos encantados con ellos, es una gente magnífica pero ha sido un noviazgo imposible y nos da mucha pena que se vayan», apunta su presidente, Matías Pérez Such, que aclara que «mientras no podamos garantizar la vida de la fundación no podemos invertir mucho dinero y es verdad que el teatro tiene costes importantes y es un sector complicado».
La fundación baraja en estos momentos otras propuestas para encargar la actividad de artes escénicas en el Aula de Cultura a partir de febrero «porque queremos que haya continuidad y que siga habiendo espectáculos teatrales, con cosas de calidad, sin que haya un parón», apunta Pérez Such.
